Vivimos en una sociedad enferma.
Cobarde, hipócrita y esquizofrénica. Lo que significa, sin valor, falsa y encapsulada en su mundo interior ajeno a la realidad.
Situación que se expresa en signos y síntomas. Particularmente me refiero a uno: el éxito y la fama que se ganan los que tienen la provocación como denominador común.
Podrá ser un Maradona en el deporte, un Fort o Tinelli en el espectáculo, los travestidos y exhibicionistas homosexuales o Fernandez y los Kirchner en la política.
Puede ser una explicación al éxito de personajes que aparentemente nadie soporta ni tiene en cuenta pero que todos consumen.
¿Quién será el Moreno del Ibope que mide audiencias? Los encuestadores ya están todos marcados e incinerados.
Se admira al provocador porque todos quisieran serlo y no pueden.
Pareciera que las presiones cotidianas y la falta de futuro que no pueden descargarse, han provocado una necesidad de salir a romper y transgredir costumbres, normas o leyes.
Nadie duda que se trate de pobres idiotas o vivillos mercaderes, de vida efímera. No obstante, provocan con impunidad absoluta, los festejan multitudes y juntan dinero a paladas. Algo que, pocas personas, pueden hacer.
Pareciera que las presiones cotidianas y la falta de futuro que no pueden descargarse, han provocado una necesidad de salir a romper y transgredir costumbres, normas o leyes.
Nadie duda que se trate de pobres idiotas o vivillos mercaderes, de vida efímera. No obstante, provocan con impunidad absoluta, los festejan multitudes y juntan dinero a paladas. Algo que, pocas personas, pueden hacer.
El secreto de los ídolos es el bombeo de los logros. Se les atribuyen más cosas de las que en realidad hacen. Sería, como el sueño del pibe. O el de todo vago e inútil.
Hacer malabares con una pelota, cantar, bailar, hacer política o ser presidente cualquiera puede hacerlo. De hecho los ídolos solo la leyenda dice que lo hicieron o parece que lo hacen (goles con la mano, porno show y porno acrobacia musical, anuncios y demagogia que no se concreta).
Provocar, transgrediendo todos los límites y enarbolar tal conducta cínicamente como bandera, solo los ídolos lo hacen, ellos y sus imprescindibles sacerdotes y sacerdotisas que extienden su culto.
Política, sociedad, teatro y circo hoy están sólidamente unidos, son familia. Casados, parejas y divorciados según los “códigos” del puticlub. Comparten veraneos, reuniones, velorios y entierros; festejan lo mismo y lloran juntos.Hasta hemos llegado al límite que la pareja cama adentro del ministro de economía, panelista muda de Pettinato por primera vez abre la boca para acusar al expresidente del banco central de homosexual.
Si esta es la realidad habrá que pensar en refundir las antiguas secciones de deportes, policiales, economía, política y espectáculo en una nueva: El pantanal. ¿Habrá que ser pantanólogo? Por las dudas estoy pensando en hacer un Master. Ya se sabe que más vale un brillante certificado que los mejores contenidos. Hasta un regalo ordinario tienta y atrae por el papel que lo envuelve y las cintas y moñitos que lo adornan.
Laura Etcharren Mamarrachito mío
Laura Etcharren Mamarrachito mío
2 comentarios:
La Sinestesia es conocida como el cruce o mezcla de varios sentidos. Por ejemplo, una persona sinestésica, puede oir una textura, saborear un sonido, o incluso sentir un color. No estamos hablando de personas que tienen la sensación de sentirlo, estamos hablando de personas que lo viven realmente así.
Todos nosotros establecemos conexiones con los sucesos que ocurren en nuestra vida. Cualquiera de nosotros, puede recordar su primer beso al escuchar una canción, podemos sentir como nuestra boca segrega saliba al imaginarnos exprimiendo un limón, o incluso podemos recordar la belleza de una catedral por la baja temperatura de una gran sala.
La mayoría de nosotrostenemos la suerte de no vivir con la confusión sensitiva con la que tienen que vivir las personas sinestésicas, sin embargo, debemos ser conscientes de la importacia que tienen las conexiones que establecemos con los sucesos que ocurren en nuestra vida.
Cuando pensamos en en sorprender a alguien , no sólo estamos pensando en el objeto o producto que pensamos que le va a gustar, en el fondo también queremos que la conexión que se establece entre nosotros y esa persona, sea positiva. Un buen regalo nos retrata, y nos hace ser recordados... o no.
Muy ilustrado, olvidó que quienes lo padecen son absolutamente patológicos, por otra parte ¿cual es el comentario? Indudablemente tan misterioso como su anionimato
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