Como la liebre, la mentira se encandila con la luz o salta sola, a diferencia de ella, al tener las patas cortas no puede escapar.
Del obsceno “canje humanitario”, quedó un tendal de insostenibles engaños.
Los terroristas de las FARC con la ayuda de Chávez, Kirchner, Sarkozy, dedicados a sus bastardos objetivos personales, y toda la prensa del mundo, montaron un espectáculo para adquirir el Status de Fuerza regular combatiente; que controla parte del territorio de un país soberano; es reconocida y tiene entidad para negociar de igual a igual con otros Estados soberanos. Único y exclusivo objetivo de la operación mediática.
Los hechos por propia interpretación, demostraron que carecen de capacidad de desplazarse en su presunto “territorio liberado” de asegurar la vida de sus cautivos y la de sus propios combatientes. Quedó en evidencia por sobre el montaje y las mentiras que vendrán a explicar lo inexplicable, centrando la cuestión en la identidad de un menor para ocultar lo evidente; que no pasan de una banda de chantajistas asesinos profesionales, con disfraz ideológico, no por ello menos peligrosos.
Enterrados en la selva de Colombia, en las arenas de Egipto, y en el cinismo patagónico; quedaron las bestias “humanitarias” y sus inmorales apelaciones sentimentales.
Todo lo demás son piedritas de colores para entretener a la indiada de Europa y América.
Del obsceno “canje humanitario”, quedó un tendal de insostenibles engaños.
Los terroristas de las FARC con la ayuda de Chávez, Kirchner, Sarkozy, dedicados a sus bastardos objetivos personales, y toda la prensa del mundo, montaron un espectáculo para adquirir el Status de Fuerza regular combatiente; que controla parte del territorio de un país soberano; es reconocida y tiene entidad para negociar de igual a igual con otros Estados soberanos. Único y exclusivo objetivo de la operación mediática.
Los hechos por propia interpretación, demostraron que carecen de capacidad de desplazarse en su presunto “territorio liberado” de asegurar la vida de sus cautivos y la de sus propios combatientes. Quedó en evidencia por sobre el montaje y las mentiras que vendrán a explicar lo inexplicable, centrando la cuestión en la identidad de un menor para ocultar lo evidente; que no pasan de una banda de chantajistas asesinos profesionales, con disfraz ideológico, no por ello menos peligrosos.
Enterrados en la selva de Colombia, en las arenas de Egipto, y en el cinismo patagónico; quedaron las bestias “humanitarias” y sus inmorales apelaciones sentimentales.
Todo lo demás son piedritas de colores para entretener a la indiada de Europa y América.
1 comentario:
Justo, claro y sintetico a la medula de la cuestion.Felicitaciones
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