He leído en “totalnews.com.ar” uno de esos excepcionales artículos que no se pueden dejar de compartir, porque transmiten mucho más de lo que literalmente dicen. Por respeto al autor a quien no conozco, lo reproduzco en crudo, sin interpretaciones ni opiniones personales.
SEPARAR LA PAJA DEL TRIGO
martes, 08 de enero de 2008
Hace unos años en un pueblito de Catamarca llamado Los Ángeles, metido entre montañas, pude ver como se separaba la paja del trigo.... El labriego, había juntado, luego de segar las mieses, una parva de trigo alrededor de un palenque, en el, atados a una vara como en una noria un par de caballitos criollos giraba empujando la vara, vuelta y vuelta; la pisada sobre el trigo hacía separar el grano del bagazo. Terminada esta primera parte y aprovechando una brisa tomó una horquilla y colocándose contra el viento comenzó a tirar al aire la paja que trasladada por el viento caía a un lado, mientras el grano caía en vertical formando una pila que luego fue embolsada cuidadosamente. Parece que quienes quieren hoy “separar la paja del trigo” no solo no tienen idea de aquella tarea artesanal sino que olvidan que para que haya trigo debió haber paja, pues las espigas son las que sostienen el grano y le sirven de soporte, sobre todo, olvidan que para que nazca la planta primero debió haber simiente, que cuidadosamente seleccionada, sembrada, cultivada y regada luego daría el fruto que lleva en sí todos los genes que transmiten la especie. Hemos quizás empleado técnicas antiguas, como la del labriego catamarqueño, otras no tanto, pero seguro hemos puesto la misma dedicación que él, en el cuidado del cultivo. Como en todo sembradío siempre crece la cizaña, pero al fin esta se corta de raíz y el plantío toma toda la fuerza para dar su fruto y cumplir su ciclo. Habrá años con menos cosecha y otros años buenos, también vendrán las “secas” y a veces la langosta y u otras plagas pero es difícil que los genes se transformen de buenas a primeras en otra cosa distinta de aquello que la semilla porta y que viene de la historia. Indudablemente la “paja” no se tira, con ella se hacen “camas” para tapar las plantas nuevas de las heladas, “camas” para el invierno para que los animales no sufran el frío, forraje para alimentarlos en la escasez de pasto verde, etc. Separen si quieren la “paja del trigo” utilicen la paja para lo que sirve, (que es mucho), a la semilla por mas ingeniería genética que pretendan hacer, difícilmente le cambien sus funciones primarias; por el contrario habrá mas trigo del bueno y buenos tiempos para que prolifere la especie, porque hay buena simiente de la de antes no la híbrida que no da cría. Las tormentas pasan y la voluntad de sembrar está incorporada a los genes y es mucha. Jaime: Pensador contemporaneo
SEPARAR LA PAJA DEL TRIGO
martes, 08 de enero de 2008
Hace unos años en un pueblito de Catamarca llamado Los Ángeles, metido entre montañas, pude ver como se separaba la paja del trigo.... El labriego, había juntado, luego de segar las mieses, una parva de trigo alrededor de un palenque, en el, atados a una vara como en una noria un par de caballitos criollos giraba empujando la vara, vuelta y vuelta; la pisada sobre el trigo hacía separar el grano del bagazo. Terminada esta primera parte y aprovechando una brisa tomó una horquilla y colocándose contra el viento comenzó a tirar al aire la paja que trasladada por el viento caía a un lado, mientras el grano caía en vertical formando una pila que luego fue embolsada cuidadosamente. Parece que quienes quieren hoy “separar la paja del trigo” no solo no tienen idea de aquella tarea artesanal sino que olvidan que para que haya trigo debió haber paja, pues las espigas son las que sostienen el grano y le sirven de soporte, sobre todo, olvidan que para que nazca la planta primero debió haber simiente, que cuidadosamente seleccionada, sembrada, cultivada y regada luego daría el fruto que lleva en sí todos los genes que transmiten la especie. Hemos quizás empleado técnicas antiguas, como la del labriego catamarqueño, otras no tanto, pero seguro hemos puesto la misma dedicación que él, en el cuidado del cultivo. Como en todo sembradío siempre crece la cizaña, pero al fin esta se corta de raíz y el plantío toma toda la fuerza para dar su fruto y cumplir su ciclo. Habrá años con menos cosecha y otros años buenos, también vendrán las “secas” y a veces la langosta y u otras plagas pero es difícil que los genes se transformen de buenas a primeras en otra cosa distinta de aquello que la semilla porta y que viene de la historia. Indudablemente la “paja” no se tira, con ella se hacen “camas” para tapar las plantas nuevas de las heladas, “camas” para el invierno para que los animales no sufran el frío, forraje para alimentarlos en la escasez de pasto verde, etc. Separen si quieren la “paja del trigo” utilicen la paja para lo que sirve, (que es mucho), a la semilla por mas ingeniería genética que pretendan hacer, difícilmente le cambien sus funciones primarias; por el contrario habrá mas trigo del bueno y buenos tiempos para que prolifere la especie, porque hay buena simiente de la de antes no la híbrida que no da cría. Las tormentas pasan y la voluntad de sembrar está incorporada a los genes y es mucha. Jaime: Pensador contemporaneo
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