Cautivo es aquel a quien se retiene privado de la libertad para obtener un canje o un rescate. Al rehén se lo mantiene confinado con un trato acorde a su importancia, como garante de un pacto o tratado. Príncipes, Reyes y herederos, vivieron como rehenes en oriente y occidente.
Incluso Atila pasó parte de su juventud en Ravena y Flavio Aecio su vencedor, en la corte de su padre, el rey de los Hunos, como garantes de un tratado. Desde siempre fueron códigos no escritos en todos los pueblos de la tierra. Modernamente leyes internacionales y la sensiblería hipócrita han hecho tabla rasa con todo lo que durante milenios se construyó sobre el honor y la palabra empeñada. Pequeños esfuerzos por hacer que la guerra y sus consecuencias fuesen “más humanitarias” Los prisioneros siempre fueron una carga, pérdida de movilidad, distraer efectivos en vigilancia, alimentación etc. Venderlos como esclavos era la forma humanitaria de no eliminarlos y financiar los gastos de la campaña. Una carga obligada para no dejar en libertad hombres que pudieran volver a tomar las armas. Nunca se vio la espontánea y unilateral liberación de prisioneros hasta ahora. En realidad no se libera al enemigo que se apresó, sino a quien después de quebrar se recicló en aliado o siempre fue un agente doble. Un juego archiconocido en Europa Vietnam, Argelia, Palestina etc. Sorprende que se siga montando un engaño que todos conocen como información de tapa de todos los medios. A no ser que los ingenuos que difunden el engaño sean la parte sumergida del iceberg terrorista.
Comenzó la segunda parte de la operación humanitaria. Se reciclan las víctimas, quebradas (¿) por el cautiverio, la tortura y la amenaza y se reciclan los terroristas a insurgentes humanitarios, versión bolivariana de los “jóvenes idealistas”. El territorio liberado que no pudieron conseguir con las armas y el terror, pretenden obtenerlo comerciando esclavos. Con la colaboración de los traficantes de siempre.
Escondido tras el simpático y condescendiente diagnóstico de Síndrome de Copenhague, se oculta el chantaje y la amenaza a los cautivos y familiares con micrófono incorporado para repetir consignas memorizadas. En otros casos el cautivo se convierte en rehén, garante del cumplimiento de un pacto, claramente el caso Betancourt. Destinada al canje y momentáneamente con una “changa” de rehén.
Giras y exhibición internacional con cobertura de prensa incluida, como si fuesen fantásticos seres mitológicos de tierras desconocidas o alienígenas.
Los idiotas útiles de siempre festejarán el espectáculo humanitario a los otros les servirá para identificar a los contaminados y a los canallas infiltrados, la mayoría conocidos, otros serán una revelación en conversaciones triviales; hay que aprender a sacar ventaja de todo.
A horas de la generosa liberación todo cambia, era trueque, “entrego dos importantes, bien trabajadas por la prensa y llevo seis comunes desconocidos, 3 x 1 lo justo, la publicidad es cara”
Es tan clara la evidencia que no se pueden aceptar ingenuidades.
Obsérvese simplemente, como el “serio derechista” e intolerante con los “ilegales” Sarkozy, solito mostró la hilacha. Hay mucha gente honesta, “porque no mató a la madre”
Incluso Atila pasó parte de su juventud en Ravena y Flavio Aecio su vencedor, en la corte de su padre, el rey de los Hunos, como garantes de un tratado. Desde siempre fueron códigos no escritos en todos los pueblos de la tierra. Modernamente leyes internacionales y la sensiblería hipócrita han hecho tabla rasa con todo lo que durante milenios se construyó sobre el honor y la palabra empeñada. Pequeños esfuerzos por hacer que la guerra y sus consecuencias fuesen “más humanitarias” Los prisioneros siempre fueron una carga, pérdida de movilidad, distraer efectivos en vigilancia, alimentación etc. Venderlos como esclavos era la forma humanitaria de no eliminarlos y financiar los gastos de la campaña. Una carga obligada para no dejar en libertad hombres que pudieran volver a tomar las armas. Nunca se vio la espontánea y unilateral liberación de prisioneros hasta ahora. En realidad no se libera al enemigo que se apresó, sino a quien después de quebrar se recicló en aliado o siempre fue un agente doble. Un juego archiconocido en Europa Vietnam, Argelia, Palestina etc. Sorprende que se siga montando un engaño que todos conocen como información de tapa de todos los medios. A no ser que los ingenuos que difunden el engaño sean la parte sumergida del iceberg terrorista.
Comenzó la segunda parte de la operación humanitaria. Se reciclan las víctimas, quebradas (¿) por el cautiverio, la tortura y la amenaza y se reciclan los terroristas a insurgentes humanitarios, versión bolivariana de los “jóvenes idealistas”. El territorio liberado que no pudieron conseguir con las armas y el terror, pretenden obtenerlo comerciando esclavos. Con la colaboración de los traficantes de siempre.
Escondido tras el simpático y condescendiente diagnóstico de Síndrome de Copenhague, se oculta el chantaje y la amenaza a los cautivos y familiares con micrófono incorporado para repetir consignas memorizadas. En otros casos el cautivo se convierte en rehén, garante del cumplimiento de un pacto, claramente el caso Betancourt. Destinada al canje y momentáneamente con una “changa” de rehén.
Giras y exhibición internacional con cobertura de prensa incluida, como si fuesen fantásticos seres mitológicos de tierras desconocidas o alienígenas.
Los idiotas útiles de siempre festejarán el espectáculo humanitario a los otros les servirá para identificar a los contaminados y a los canallas infiltrados, la mayoría conocidos, otros serán una revelación en conversaciones triviales; hay que aprender a sacar ventaja de todo.
A horas de la generosa liberación todo cambia, era trueque, “entrego dos importantes, bien trabajadas por la prensa y llevo seis comunes desconocidos, 3 x 1 lo justo, la publicidad es cara”
Es tan clara la evidencia que no se pueden aceptar ingenuidades.
Obsérvese simplemente, como el “serio derechista” e intolerante con los “ilegales” Sarkozy, solito mostró la hilacha. Hay mucha gente honesta, “porque no mató a la madre”
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