Comenzó el nuevo año y no voy a regalarle ni un día. Si cansé con opiniones casi reiterativas, no espere amigo lector este año algo distinto.
Por lo que dejó pendiente el anterior es posible que las opiniones pasadas, este año bien lavadas, las lea en los titulares de la prensa.
Muchos cabos sueltos inclinan a pensar que este año recién comenzará hacer ruido a partir de Marzo. El gran ruido digo, ese que despierta a los que duermen, sobró pirotecnia de fin de año que se quemará sin duda en los primeros meses. En Marzo comienza el tercer año de esta página. De ser así, se introducirán las modificaciones que permitan adecuarnos a los tiempos.
Está pendiente el Cercano y Medio Oriente, las elecciones de Francia, toda Hispanoamérica a punto de caramelo y todo bien adobado por los fenómenos climáticos. Están agitados los hombres, los pueblos y el planeta. No habrá oportunidad de aburrirse.
Todo parece tan bien armadito: tácticas, tiempos y estrategias, que me inclino a pensar que es demasiado para humanos, no me sorprendería ver al Señor del Tiempo, pateando el tablero a “barajar y dar de nuevo”, Dios lo quiera.
“Esperemos que con los idus de Marzo lleguen los Bruto de tanto César”.
Estamos en manos de Dios y de Su Providencia, que él nos ilumine para hacer un culto y profesión de la verdad y una herramienta de ella.
Aunque afuera se escuchen clarines de guerra y la demencia se haya apoderado del planeta, que la paz reine en vuestras casas todos los días de este año.
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