enero 23, 2007

Revolución de facto


Este régimen que padecemos, al estilo de algunos anteriores vive escondido, reemplazó el diario propio por estadísticas a medida. Usa y abusa de los neologismos y cambia el verdadero significado de las palabras, es el reino de la incomunicación, sólo números que no dicen nada.
Es el imperio de la “pose”, el “dejar hacer”, con el que se pretende eludir responsabilidades como si la omisión no fuese dolosa.
Pervirtieron el sistema representativo comprando o empleando a los legisladores como dependientes. Como no funciona nada, hay que ir a la “democracia directa”. El Legislativo, disuelto de hecho, funcionalmente anulado. Resucitan los “soviet”.
Más que progresistas, reaccionarios. Ahí están a la vista las asambleas ambientalistas; las piqueteras; las de los estudiantes, jubilados, estafados y todo aquel que tenga algo que reclamar. No cuestiono sus argumentos ni el derecho al reclamo, pongo en evidencia el método: “soviet de facto”. Saben que no es un buen sistema de gobierno y si una perfecta herramienta para demoler, por eso vuelve, es útil y sirve. Vaciaron todo de contenido, ahora van por el decorado, las marquesinas y los edificios vacíos. Refundación constitucional le llaman.
Está tan brutal y evidentemente a la vista que cuesta creer que nadie se de por enterado.
¿Nos habremos acostumbrado tanto a no creer en nada, ni en lo que se ve o se mueve? Esperamos a que rueden cabezas y corra sangre para otra vez echarles las culpas a los que se plantan contra la barbarie. Los que hoy dejan hacer serán los verdaderos responsables “del como y el que”, hagan otros. Cuando el prolijo césped se transforma por abandono, en selvático yuyal , no queda otra que la guadaña y el machete, caiga quien caiga. Siempre fue así y así será, más allá de los sensibleros cantos de sirena y el teatro de las “lloronas” Esta vez parece que “los jóvenes idealistas” han sido reemplazados por “veteranos fiesteros”
Puede ser largo, pero por ilustrado es la diferencia entre la luz y la ceguera, entre el sonido y el silencio. Viene de Venezuela, al menos en aquellas tierras hay gente que piensa y lo expresa, más allá del chisme; esto es verdadera política: ilustrar y formar al ciudadano, nada que ver con los técnicos de mantenimiento o los alquimistas políticos de laboratorio, que sin saber donde están parados ensayan pociones salvadoras.
Que les de resultado o no es otra cuestión, la realidad y las circunstancias son otras, amen que nadie es profeta en su tierra.
Hay excelentes excepciones que confirman la regla y que no pueden ser ignoradas;

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