La ley es una norma, un límite, un andarivel por el que se debe ir. Su objeto es ordenar los actos y procedimientos de los hombres y sus sociedades en función del bien común. Para que haya necesidad de una ley, debe haber una necesidad del bien común que la exige. No es posible legislar “para la estadística” del parlamentario, para los titulares o porque si. Toda ley limita derechos consuetudinarios y ello sólo se justifica en orden al bien común. ¿A que viene toda ésta perorata? Al proyecto de prohibir fumar en los lugares públicos y en el trabajo. No se trata de si está bien o mal esa no es la cuestión. La pregunta es ¿por qué?
He escuchado múltiples opiniones casi todas haciendo hincapié en el gasto que genera el tratamiento de las enfermedades producidas por el consumo del tabaco. Tanto en la Argentina como en el resto del mundo, salvo aquellos que no trabajan o lo hacen en negro, todo el mundo se paga su propia asistencia médica por medio de obras sociales o prepagas. Las millonarias cifras que ingresan al fisco en concepto de impuestos al tabaco, sobran para atender en los hospitales públicos las enfermedades producidas por el tabaco y por el stress que la ausencia de un gobierno genera en todos los ciudadanos. Como argumento no sirve. Eliminar la contaminación, en Bs. As. como chiste es buenísimo, como argumento no va. La contaminación de los atascos de tránsito producida por 377 piquetes en menos de 80 días hábiles de éste año, supera todos los limites, para no contabilizar la basura, neumáticos quemados, etc.
El respeto por los no fumadores, de acuerdo, es paralelo al derecho de los si fumadores. Que se limite la prohibición a comercios de productos alimenticios y locales cerrados y se habiliten bares y restaurantes para fumadores y no fumadores, en menos de un año van a ser todos de una sola clase ¿o se teme que esto demuestre la inconsistencia del único argumento que queda?.
¿Estos legisladores no pensaron en las consecuencias de ésta ley? Hoy y ahora en Bs. As, alguien con dos dedos de frente se atrevería a cargar un punto más de stress y tensión sobre los porteños que aguantan cualquier cosa y no tienen problemas serios. Están gobernados por aquel que conocían y eligieron, apadrinado por el otro que también conocían y eligieron ¿De qué se quejan?.
Se tiene conciencia que en estos momentos de violencia a flor de piel, una sola chispa, ½ conflicto más, pueden hacer volar en pedazos a Santa María de los Buenos Aires. Hay un momento para cada cosa y que Bs. As estalla es noticia cantada, hay que ponerle únicamente lugar, fecha y hora.
No se sabe si habrá trenes, subtes, colectivos o podrá llegar en auto, si llegará sano o algún piquetero protegido por la policía le partirá la cabeza con un caño. No se puede respirar ni ver por el humo de gomas quemadas. Sigan arrimando leña al fuego, ¿o la cuestión de fondo será penalizar el tabaco y despenalizar la marihuana?.
Es muy raro que atrás de un proyecto que hoy es absolutamente peligroso e inoportuno, no haya un gran negocio.Dicen los psiquiatras que detrás del hábito de fumar hay una angustia oral. Cuando nos sentimos inseguros, amenazados, presionados o el stress alcanza límites peligrosos, fumamos porque en realidad estamos buscando el pecho tibio y acogedor de nuestras madres, tendrán su razón, no soy psiquiatra ni lo quiero ser, soy fumador y preferiría no serlo, pero no puedo tener una teta a mano todo el día, así que respetémonos mutuamente, yo prometo no contaminarlo pero déjeme vivir en paz. No se puede prohibir que uno se tome un café con una medialuna de grasa bien crocante, o vaya a comer a un restaurante, ya se sabe “que el que come y no pita, es como el que se pierde y no grita”
He escuchado múltiples opiniones casi todas haciendo hincapié en el gasto que genera el tratamiento de las enfermedades producidas por el consumo del tabaco. Tanto en la Argentina como en el resto del mundo, salvo aquellos que no trabajan o lo hacen en negro, todo el mundo se paga su propia asistencia médica por medio de obras sociales o prepagas. Las millonarias cifras que ingresan al fisco en concepto de impuestos al tabaco, sobran para atender en los hospitales públicos las enfermedades producidas por el tabaco y por el stress que la ausencia de un gobierno genera en todos los ciudadanos. Como argumento no sirve. Eliminar la contaminación, en Bs. As. como chiste es buenísimo, como argumento no va. La contaminación de los atascos de tránsito producida por 377 piquetes en menos de 80 días hábiles de éste año, supera todos los limites, para no contabilizar la basura, neumáticos quemados, etc.
El respeto por los no fumadores, de acuerdo, es paralelo al derecho de los si fumadores. Que se limite la prohibición a comercios de productos alimenticios y locales cerrados y se habiliten bares y restaurantes para fumadores y no fumadores, en menos de un año van a ser todos de una sola clase ¿o se teme que esto demuestre la inconsistencia del único argumento que queda?.
¿Estos legisladores no pensaron en las consecuencias de ésta ley? Hoy y ahora en Bs. As, alguien con dos dedos de frente se atrevería a cargar un punto más de stress y tensión sobre los porteños que aguantan cualquier cosa y no tienen problemas serios. Están gobernados por aquel que conocían y eligieron, apadrinado por el otro que también conocían y eligieron ¿De qué se quejan?.
Se tiene conciencia que en estos momentos de violencia a flor de piel, una sola chispa, ½ conflicto más, pueden hacer volar en pedazos a Santa María de los Buenos Aires. Hay un momento para cada cosa y que Bs. As estalla es noticia cantada, hay que ponerle únicamente lugar, fecha y hora.
No se sabe si habrá trenes, subtes, colectivos o podrá llegar en auto, si llegará sano o algún piquetero protegido por la policía le partirá la cabeza con un caño. No se puede respirar ni ver por el humo de gomas quemadas. Sigan arrimando leña al fuego, ¿o la cuestión de fondo será penalizar el tabaco y despenalizar la marihuana?.
Es muy raro que atrás de un proyecto que hoy es absolutamente peligroso e inoportuno, no haya un gran negocio.Dicen los psiquiatras que detrás del hábito de fumar hay una angustia oral. Cuando nos sentimos inseguros, amenazados, presionados o el stress alcanza límites peligrosos, fumamos porque en realidad estamos buscando el pecho tibio y acogedor de nuestras madres, tendrán su razón, no soy psiquiatra ni lo quiero ser, soy fumador y preferiría no serlo, pero no puedo tener una teta a mano todo el día, así que respetémonos mutuamente, yo prometo no contaminarlo pero déjeme vivir en paz. No se puede prohibir que uno se tome un café con una medialuna de grasa bien crocante, o vaya a comer a un restaurante, ya se sabe “que el que come y no pita, es como el que se pierde y no grita”
3 comentarios:
Soy ajeno a lo que sucede allí, pero muy interesante su reflexión.
tiene razon.muy bueno.hay que proibirle fumar a los piqueteros, no sea cosa de que les haga mal.hay que haber visto el humo de las gomas quemadas.
Realmente ingenioso el artículo! Pero no estoy de acuerdo, porque como "NO" fumador no molesto a nadie y los fumadores siempre se tientan y terminan arruinándole la vida a los demás.
Cosas peores las hay de a miles, pero intentemos mejorar y....... por algo se empieza !
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