A una meteórica aceleración de los tiempos de la historia que se percibía en forma creciente desde comienzos del año, se sucede la sensación de un brusco cambio de ritmo. Por ahora es sólo eso: una sensación. Afecta globalmente a todo el planeta, bruscamente parece detenerse todo.
Es como si una pieza de un gigantesco plan que se desarrollaba contra reloj, hubiese fallado y todo se detiene o cambia el ritmo. Parece que el mundo está en espera, en “stand by”, como dicen ahora.
A la vuelta de “la vieja Europa” anunciada el año pasado con bombos y platillos por Schroeder, Chirac y Zapatero, consolidada y lanzada a toda máquina en Moscú por los mismos personajes, con la bendición de Bush - Putin y el ingreso de Rusia a la “Gran Europa”, la del Nuevo Orden Democrático, parece que se le dio vuelta al viento. ¿Habremos tenido razón en aquella reflexión de tiempo al tiempo, el hombre propone y Dios dispone? ¿El viento o el huracán de la historia se llevará de una vez por todas a tanta figurita de cartón?. Ha pasado, no hay razón para que no se repita. Aunque sea pasajera, por favor una buena. Para juntar fuerzas o cargar las pilas.
Hay un dato que no es menor porque viene certificado por siglos de historia; Cuando Francia habla tiembla el mundo, lo que sale de la tierra de Galos y Francos llega hasta la última cueva de la tierra para bien o para mal.
Hasta en esta América se sienten las “G” de la desaceleración. Y es lógico éramos uno de los grandes “cotos de caza” de la Santa Alianza.
Los partidos se juegan por lo menos de a dos. La historia no es un partido, hay uno solo que mueve las piezas. Es fácil, pero nunca se aprende, todos quieren jugar. Y como aprendimos algo de tanto ver y caminar por la vida “vamos a desensillar hasta que aclare”.Nos vamos con la de siempre: tiempo al tiempo. Hay que abrir los ojos para ver por donde viene, comienza otra mano.
Es como si una pieza de un gigantesco plan que se desarrollaba contra reloj, hubiese fallado y todo se detiene o cambia el ritmo. Parece que el mundo está en espera, en “stand by”, como dicen ahora.
A la vuelta de “la vieja Europa” anunciada el año pasado con bombos y platillos por Schroeder, Chirac y Zapatero, consolidada y lanzada a toda máquina en Moscú por los mismos personajes, con la bendición de Bush - Putin y el ingreso de Rusia a la “Gran Europa”, la del Nuevo Orden Democrático, parece que se le dio vuelta al viento. ¿Habremos tenido razón en aquella reflexión de tiempo al tiempo, el hombre propone y Dios dispone? ¿El viento o el huracán de la historia se llevará de una vez por todas a tanta figurita de cartón?. Ha pasado, no hay razón para que no se repita. Aunque sea pasajera, por favor una buena. Para juntar fuerzas o cargar las pilas.
Hay un dato que no es menor porque viene certificado por siglos de historia; Cuando Francia habla tiembla el mundo, lo que sale de la tierra de Galos y Francos llega hasta la última cueva de la tierra para bien o para mal.
Hasta en esta América se sienten las “G” de la desaceleración. Y es lógico éramos uno de los grandes “cotos de caza” de la Santa Alianza.
Los partidos se juegan por lo menos de a dos. La historia no es un partido, hay uno solo que mueve las piezas. Es fácil, pero nunca se aprende, todos quieren jugar. Y como aprendimos algo de tanto ver y caminar por la vida “vamos a desensillar hasta que aclare”.Nos vamos con la de siempre: tiempo al tiempo. Hay que abrir los ojos para ver por donde viene, comienza otra mano.
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