enero 10, 2013

CAÑONAZO POR LA CULATA

 Que no es prudente meterse con navíos cuando se es de alcantarilla es evidente. Que Dios sabe lo que hace porque es infinitamente sabio y poderoso también. Festejó una derrota personal como triunfo propio y organizó todo milimétricamente, incluso lo que debían esperar tripulantes y familiares para que sintieran su desprecio.

 En rigor la fragata fue liberada contra el compromiso argentino de reabrir el canje y pagarle a los bonistas según el reparto que hagan los tribunales de Nueva York, depositario de nuestra soberanía económica por disposición de nestor kirchner.

 El resultado lo puso el que sabe todo y por eso dispone. Nula capacidad de convocatoria y movilización, todos fueron mercenarios arreados, desembarcaron y los metieron en un corral; cada uno con su propia bandera y remera; no fueron a acompañarla ni a recibir a la fragata solo fueron a mostrar cuantos puede movilizar cada puntero o intendente.

 Veraneantes, vecinos de Mar del Plata y la propia corbeta Espora no fueron invitados y miraron por TV o desde afuera.

 La Armada se la comió doblada, pero el horno no estaba para bollos y debió firmar el ascenso y entregar las insignias en privado al jefe del estado mayor antes del acto. Con santa paciencia se atuvo a lo programado al segundo. 40 millones de argentinos fueron testigos de los procederes de unos y otros, y después de 20 años de derechos humanos y que todo militar es un genocida autoritario jamás escucharon tantas marchas militares.

 Quedó un saldo, el país envenenado por el pensamiento único comenzó a reencontrarse con su Marina de Guerra.

 Falta un capítulo que lo escribirán sin pensarlo ellos solos; la responsabilidad en todo exceso del Almirante de Perón: Eduardo Emilio Massera, el mismo que al ser designado descabezó al almirantazgo y quedó como único patrón de una fuerza para aprovechar una guerra interna en que se asaltó el poder para organizar desde la ESMA su delirante proyecto político.
Hoy se fue a Cuba para ver como se conserva un fiambre en la hela dera y saber como se hace para curarse de la muerte e ir a jurar.
No desesperar queda mucha tela para cortar, yo tambien hubiese querido ver estrellarse uno de los aviones en el palco oficial, pero debe reconocer que salió de maravillas; El hombre propone y Dios dispone

2 comentarios:

Pepe Brunetta dijo...

Estimado Leopoldo, Yo había hecho una sugerencia que evidentemente no le llegó al Jefe de la Armada. Este debía ordenar al capitán de la Fragata que desvíe su rumbo hacia Puerto Belgrao o el puerto de Buenos Aires y "le garkabamo la fiesta, le garkabamo". a la Kretina.
Abrazo
Pepe Brunetta

Unknown dijo...

Estimado Leopoldo recién conozco su blog me encanta encontrarme con personas como Ud con las cualess me empiezo a sentir Emparentada por su pensar y sentir. Me alegro mucho por haberlo conocido y espero que podamos volver a vivír como en otros tiempos lejanos y perdidos, y mantener la esperanza en el futuro para nuestros hijos y nietos