En rigor y para que todos entiendan es la ley del impuesto a los débitos y créditos bancarios, un impuesto de emergencia, extraordinario implementado por la administración radical en el 2001 y desde entonces prorrogado.
Hoy la oposición con un descaro que asusta pretende convertirlo en carta de triunfo haciéndolo coparticipable a las provincias, es decir sin vuelta de hoja, pretenden que un impuesto extraordinario y distorsivo se transforme en definitivo como parte de los recursos ordinarios del presupuesto.
--Señores gobernadores tomen la coparticipación del impuesto y dennos los votos de diputados y senadores. Así de simple. Todos felices menos los que financian a esta panda de ladrones de caminos.
El gobierno hace ruido y se molesta; no puede dejar pasar en silencio que le quiten recursos, en verdad ni les tinga, lo que las provincias se llevaran de una cuenta se lo van a retacear de otra.
Si nos quitan diez mil millones, sumaremos doce mil de otro lado Randazzo Ver todo.
La última creación como alternativa es usar las reservas para salvar los presupuestos provinciales, la pelea se plantea entre quien da para saber quien toma votos a cambio.
Las provincias y la nación deben financiar sus gastos con los recursos ordinarios del presupuesto; si no alcanzan pues a reducir gastos, cobrarles a los deudores y privilegiados o trabajar más, lo sabe el ama de casa universitaria o la que vive en una toldería. Hasta de vergüenza escribir lo que señorones dicen en voz alta y otros piensan en silencio.
El verdadero problema visto de un lado es que cada vez hay menos canastas para manotear huevos, y visto del otro es que la confusión entre de administración de los recursos públicos y el derecho de saqueo es idéntico para todos.
Muchos ilustrados analistas instalan la idea que criticar a la oposición es “funcional” a la tiranía. Ni me roza ni me asusta, funcional es sostener la existencia de un estado de derecho, la existencia de un régimen democrático, mantenerlos y avalarlos o ladrar que son ilegítimos o un gobierno de facto pero hay que garantizar que terminen su mandato.
Lo que está bien está bien y lo que esta mal es malo sean peronistas, radicales, liberales o independientes quienes lo hagan.
Es la diferencia entre manejarse con principios o con utilidades. Ser gobernante o comerciante fenicio. El lugar de estos no es el gobierno sino el mercado, allí hasta podemos ser amigos y respetarnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario