marzo 05, 2008

¡ DIEZ BATALLONES A LA FRONTERA, YA MISMO!

MAMBRU SE FUE A LA GUERRA

"Mambrú se fue a la guerra,/¡qué dolor, qué dolor, qué pena!/.Mambrú se fue a la guerra/,no sé cuando vendrá/.Do-re-mi, do-re-fa,/no sé cuando vendrá.(…)

Mario H. Concha Vergara*

Solo en pensar en un conflicto bélico formal entre naciones se me pone la carne de gallina y, además, se me erizan los pelos. No porque sea cobarde sino porque soy miedoso y he tenido mis propias guerras en contra del dengue (que me ha dado dos veces), en contra de la diabetes, y en contra de mi ventrílocuo izquierdo; por lo menos debió haber sido el derecho, pero en fin ¡c’est la vie..!
Ya las guerras no son como las que lucharon mis bisabuelos y tatarabuelos, no. Esas eran guerras de caballeros y dependían, más bien, del filo de los cuchillos o de la punta de las lanzas. (De allí que Uslar Pietri titulara su insigne obra como "Lanzas Coloradas", y no por lo rojo rojito, sino por la sangre que se les pegaba)…
En ese tiempo, los ejércitos enemigos se encontraban de frente. Llegaban alborozados tocando pitos y redoblando tambores. Un general le mandaba un emisario al general contrincante y le decía más o menos así: "Excelencia, si usted me lo permite yo estaré dispuesto para la batalla a las 10:00 AM." A lo que el enemigo contestaba, "estoy de acuerdo con usted sire". Se volvía a enviar el emisario y se le preguntaba al enemigo "¿Excelencia quiere usted empezar o comienzo yo mi ataque?" El enemigo que era todo un caballero, le decía "comience usted", y así comenzaba la masacre…

Hoy, las guerras son diferentes. El caudillo le grita al enemigo por cadena de radio y TV; "mira guiñapo humano, te voy a jodé"; el enemigo se queda "estupefaciente", como diría Cantinflas y manda a retirar sus tropas, no vaya a ser que le maten a un soldado.

Como nadie quiere que le maten soldados, a menos que sea tan estúpido como Bush en Irak, ahora los jefes se esconden en una cueva, a la que llaman bunker, en donde manejan computadoras que tienen las coordenadas enemigas y con un click envían los cohetes a sus enemigo, matando a todos los civiles posibles, pues como se sabe los soldados están a buen resguardo y de allí viene eso de que "soldado que arranca sirve para otra batalla".

Y así, la canción que narra las hazañas de Mambrú ya está demodê, pues Mambrú, (ta-ta-tam), ya no va a la guerra pues se le puede dañar el Rolex…

Ahora bien, en la vida real la única guerra que debería tener un país, una nación, o un gobierno tercermundista, debería ser, por ejemplo, la guerra contra el dengue, contra la malaria, el paludismo, la fiebre equina, la tuberculosis, el hambre, el analfabetismo, la exclusión, la inseguridad ciudadana y jurídica, la guerra contra la corrupción, etcétera. Cualquier parecido a la realidad, por favor consultar con la OEA

E-mail: conchamh@gmail.com


Mario H. Concha VergaraColegio de Profesionalesde la Prensa, Radio y TVde Chile A.G. Nº 1454

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