Este mundo será complicado o indigesto pero es divertido, no pasa día sin que nos sorprenda con un despropósito.
Ni en mis peores pesadillas puede haberme imaginado ante semejante opción. Pude superar el impacto de la alternativa al recordar un artículo del 9/01 ”denominación de origen”.
Tuve oportunidad de ver una entrevista al Intendente del Departamento de Durazno, República Oriental del Uruguay, sobre la instalación en el Río Negro de una papelera finlandesa mucho mayor que las que hoy mantienen un entredicho entre Argentina y Uruguay. Dejando de lado las preguntas sin respuesta sobre los problemas de contaminación, se le preguntó acerca de los esturiones. Si señores, los de las famosas y riquísimas huevas conocidas como caviar. Este pez en vías de extinción a causa de la “desaparición” del comunismo en Rusia que ha permitido que hasta el más humilde cosaco devore toneladas de caviar al año, ha sido sembrado, con aparentemente gran éxito en el Río Negro del Uruguay. La fundamentada respuesta del funcionario fue: “Esperamos que los esturiones no tengan problema”.
Sin ser desconfiado asegúrese si ve en un comercio “caviar Uruguayo”, que no sean pequeñas bolitas de papel impregnadas con tinta negra y sumergidas en un líquido indefinido y saborizado con esencias. Queda una esperanza si es que hay algún río limpio; si los Uruguayos lo hicieron, se puede.
Ni en mis peores pesadillas puede haberme imaginado ante semejante opción. Pude superar el impacto de la alternativa al recordar un artículo del 9/01 ”denominación de origen”.
Tuve oportunidad de ver una entrevista al Intendente del Departamento de Durazno, República Oriental del Uruguay, sobre la instalación en el Río Negro de una papelera finlandesa mucho mayor que las que hoy mantienen un entredicho entre Argentina y Uruguay. Dejando de lado las preguntas sin respuesta sobre los problemas de contaminación, se le preguntó acerca de los esturiones. Si señores, los de las famosas y riquísimas huevas conocidas como caviar. Este pez en vías de extinción a causa de la “desaparición” del comunismo en Rusia que ha permitido que hasta el más humilde cosaco devore toneladas de caviar al año, ha sido sembrado, con aparentemente gran éxito en el Río Negro del Uruguay. La fundamentada respuesta del funcionario fue: “Esperamos que los esturiones no tengan problema”.
Sin ser desconfiado asegúrese si ve en un comercio “caviar Uruguayo”, que no sean pequeñas bolitas de papel impregnadas con tinta negra y sumergidas en un líquido indefinido y saborizado con esencias. Queda una esperanza si es que hay algún río limpio; si los Uruguayos lo hicieron, se puede.
Si conociera la técnica le paso el dato, me carcome la inquietud de tener mis propios esturiones.
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