Mc Donald´s vende pollos que son alimentados con soja sudamericana cuyo cultivo se expande a expensas de la deforestación; por tanto Mc Donald´s es responsable de la deforestación del amazonas. Como si el razonamiento no fuera lapidario, se agrega el desalojo de humildes e indígenas de tierras argentinas para extender el cultivo de la soja.
Esto no es producto de mentes calenturientas, sino de una ONG ambientalista, “greenpace” que por lo regular opera por cuenta de gobiernos y grandes empresas.
No es casual que aparezca poniéndole la proa a los granos de Latinoamérica cuando la Comunidad Europea presiona contra los mismos por el pago de derechos sobre las semillas. El argumento esgrimido es tan válido como culpar a todos los europeos por consumir harinas producidas en Sudamérica, ¡Pues que no compren si están tan bien alimentados! mientras continúen depredando recursos pesqueros y emitiendo gases e ideas contaminantes.
Greenpace dice estar en todas partes, pero no se los vio en ocasión del derrame de petróleo responsabilidad de Shell en el Río de la Plata que inutilizó por años buena parte de la costa en Punta Lara; no se los vio ni escucho por la gravísima contaminación de la cuenca del Matanzas y Reconquista ni de las napas de todo el conurbano, o la existencia de uranio proveniente de la Central Atómica de Ezeiza. Aparecieron fuera de tiempo en el Río Uruguay, después de una payasada mediática disfrazados de jagüares en el norte de Salta. No se enteraron que a pocos kilómetros a orillas del Paraná papeleras argentinas contaminan impunemente desde hace años.
No hay noticia de su paso por la represa de Assuan, ni por China, cuyos ferrocarriles queman diariamente toneladas de carbón.
Más vale que se preocupen por la población de Europa en vías de extinción, quizás más importante que los jagüares, los linces ibéricos o los pingüinos empetrolados.
De estas costas salieron corridos por el gobierno uruguayo del Frente Amplio; verdadera ensalada de socialistas, comunistas subversivos tupamaros y otras yerbas, todos muy afines a los mercenarios verdes. Olvidaron que “business is business”.
Esto no es producto de mentes calenturientas, sino de una ONG ambientalista, “greenpace” que por lo regular opera por cuenta de gobiernos y grandes empresas.
No es casual que aparezca poniéndole la proa a los granos de Latinoamérica cuando la Comunidad Europea presiona contra los mismos por el pago de derechos sobre las semillas. El argumento esgrimido es tan válido como culpar a todos los europeos por consumir harinas producidas en Sudamérica, ¡Pues que no compren si están tan bien alimentados! mientras continúen depredando recursos pesqueros y emitiendo gases e ideas contaminantes.
Greenpace dice estar en todas partes, pero no se los vio en ocasión del derrame de petróleo responsabilidad de Shell en el Río de la Plata que inutilizó por años buena parte de la costa en Punta Lara; no se los vio ni escucho por la gravísima contaminación de la cuenca del Matanzas y Reconquista ni de las napas de todo el conurbano, o la existencia de uranio proveniente de la Central Atómica de Ezeiza. Aparecieron fuera de tiempo en el Río Uruguay, después de una payasada mediática disfrazados de jagüares en el norte de Salta. No se enteraron que a pocos kilómetros a orillas del Paraná papeleras argentinas contaminan impunemente desde hace años.
No hay noticia de su paso por la represa de Assuan, ni por China, cuyos ferrocarriles queman diariamente toneladas de carbón.
Más vale que se preocupen por la población de Europa en vías de extinción, quizás más importante que los jagüares, los linces ibéricos o los pingüinos empetrolados.
De estas costas salieron corridos por el gobierno uruguayo del Frente Amplio; verdadera ensalada de socialistas, comunistas subversivos tupamaros y otras yerbas, todos muy afines a los mercenarios verdes. Olvidaron que “business is business”.
Con ambientalistas como estos chau planeta.
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