abril 25, 2006

Cuidado! Las fieras tienen miedo

Cuando se irritan o enojan son previsibles. Asustadas son muy peligrosas y hoy hay un penetrante olor a miedo.
El 17/20 y 21/4 escribí anticipadamente sobre esto que ya llegó y no se va a detener.
La consigna es ensuciar y descalificar a los Bragagnolo y lo van hacer sin importarles si lo que dicen es cierto o no, con la duda basta. Ya se desliza como hipótesis que la combinación de drogas, bebidas euforizantes y alcohol podrían ser los responsables de la muerte y que hasta al padre de la víctima podría ser amigo o simpatizante de los militares del Proceso, lo que lo convierte en un paria descastado y sospechoso al que le hable o lo entreviste.
Hace una semana en un programa televisivo de actualidad, se puso un nombre sobre el tapete “Calvo Sotelo” hoy me permito poner otro “El archiduque de Austria Francisco Fernando”. Todos los muertos son iguales, pero hay muertes y muertes porque son inescrutables los caminos de la Divina Providencia. Muchas son un número para la estadística pero algunas cambian el rumbo de la historia.
En este caso la bola de nieve o el temblor subterráneo ya están lanzados, no se pueden detener. Por algo las fieras tiemblan.
Importa si, y mucho, llegar a la verdad y que se aplique la justicia, para castigar o absolver. Pero importa mucho más remover de raíz las causas para que nunca más vuelva a ocurrir, y este no es problema de jueces, leyes o policías, sino de quienes tienen el monopolio del poder y la obligación indelegable de gobernar para el bien común, seguridad incluida.
La inteligencia amordazada, la prensa y el periodismo comprado o intimidado, los escuadrones de asalto en la calle etc. Da gusto ser republicano y democrático, particularmente bajo la conducción de tiranos absolutistas, que podría sintetizarse en: "no hay autoridad ni poder que no sea el mío". Remedo barato de aquel: “l´etat c´est moi

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