Frases hechas en boca de todos

Cuando uno escucha radio, TV, conversa con amigos y conocidos o simplemente oye al pasar una conversación en un bar, medio de transporte o en la calle, escucha reiteradamente y hasta el cansancio, “frases hechas” no se sabe por quien.
Algunas tienen un denominador común: son el sumum de la cursilería y de la estupidez humana. Todas son sensibleras, movilizadoras, de una piedad o compasión despreciable al margen del legítimo dolor al que se refieren, uno se puede quebrar en su integridad en público pero no se puede hacer una exhibición de ello, es una brutal falta de respeto por otros que han pasado lo mismo.
Y esto se reitera impúdicamente, no solo los días siguientes al evento sino meses y años después; la TV se encarga de difundir por todas partes estas indecorosas actitudes, resulta un programa barato y de alto impacto; otras pretenden encerrar verdades irrefutables que todos dan por aceptadas.
Hasta acá es grave, lo peor es que estas imágenes resultan contagiosas y esas frases y actitudes son imitadas por todos, se repiten y machacan hasta que se dan por cosas ciertas. PORQUE NADIE DICE LO CONTRARIO.
Analicemos algunas de las primeras: “Es antinatural que un padre o madre entierre a un hijo”. Que yo sepa así como hubo un primer hombre: Adán, hubo un primer muerto que precisamente fue su hijo Abel, y desde entonces es cosa de todos los días: embarazos que se pierden, chicos que nacen muertos o fallecen a las horas de nacer, jóvenes que mueren por accidentes o enfermedad, ¿Qué es lo antinatural? Si todo lo que nace muere, el cuándo y el por qué, eso nadie lo sabe. La naturaleza no se ocupa de esas cosas, están en una instancia superior.
“No hay derecho, era tan joven, tan bueno, tenía tantos proyectos…” ¿Los jóvenes y los buenos tienen el derecho a no morir, quedar inválidos o enfermarse? ¿Será que estas cosas son únicamente para los adultos y los malos.?
En cuanto a las otras “las verdades de facto”: ante un acto delictivo o antisocial,”La culpa es del sistema de exclusión social, de la miseria y la pobreza”. Desde siempre hubo pueblos y sociedades donde la pobreza fue infinitamente mayor y no por ello eran ladrones o asesinos. “El estado tiene la obligación de asegurar la educación” ¿Y los padres y la familia qué? ¿O resulta que hay derecho a tener hijos pero no existe la obligación de criarlos?.
“Todos somos iguales”, de acuerdo, si nos caemos por un barranco todos nos hacemos puré contra el fondo. Pero hay nabos y lúcidos, imbéciles e inteligentes, gordos y flacos, lindos y feos. Ni los animales son iguales, ¿o nunca trató con perros, gatos o caballos?
Cansaría seguir, están todos los días en boca de todos, son los nuevos dogmas de esta sociedad que por acción u omisión estamos construyendo, ¡DESPIERTENSE! Cuestionen las mentiras, no dejen pasar nada o les van a pasar por encima. Sea un reventado, “un intolerante”. Sí, leyó bien. No se puede ser tolerante con la mentira, solo los que no están seguros de su verdad pueden aceptarla en silencio y dejarla pasar. Respetemos nuestras convicciones y exijamos que las respeten, ¿cuántas porquerías pretenden que respetemos? Y nosotros “mutis”
No es para “poses”,es para pelearla día a día en todas partes y con todos, no se trata de salir a provocar, sino de levantarse y como primera medida dentro de cada uno, izar bien al tope la bandera de nuestras creencias y convicciones y cuando algo o alguien nos plante otra enfrente, sacarla bien alto a relucir, recuperemos el orgullo de lo que sentimos y creemos, y si pierde un “amigo” o conocido tenga la seguridad que se fue solo porque no tiene argumentos, sus razones siempre son un adjetivo que en su Babel personal convirtieron en descalificante. No nos olvidemos de un detalle, antes de levantar una bandera tenemos que tener las manos bien limpias.
Humildad y seguridad en nuestras convicciones que es muy distinto de la soberbia y exhibicionismo que tenemos enfrente.-