octubre 25, 2012

REPATRIADOS O PRISIONEROS











Escondidos, aislados de la prensa y con la amenaza de baja antes de ser oficialmente oficiales flotando en el aire, hubo una palabra que se escupió con rabia y dolor hasta el cansancio en Ezueiza: ¡¡¡VOLVEREMOS!!!

 No vi una autoridad civil ni militar, la plana mayor de la Armada ausente, al igual que el director de la Escuela Naval Militar de quien dependen los cadetes que no esten embarcados.

 Solo abundaban agentes de Verbintsky y de la Inteligencia Naval que le responde; no me entere que se convocara una movilización a Ezeiza o donde fuera para recibir a la tripulación de la fragata.

¡¡¡Carajo con los que mandan y con los que demuestran su hartazgo!!!

Una sociedad cainita saturada de hipócritas.

 Quisiera preguntarle al Almirante Martín con que cemento sostiene su cara cuando recuerda el hundimiento del submarino Santa Fe antes de entregarlo a los ingleses.

Si olvido cuando se le ordenó al Cap Tomasow evacuar la tripulación en alta mar con alto riesgo para la misma y luego abandonar el único rompehielos de la armada: el ARA Almirante Irizar y empecinadamente antepuso su honor de marino a la obediencia debida, haciéndose llevar a remolque a puerto sin perder el buque ni un tripulante.
 Hoy posiblemente estaría en exposición en el Puerto Argentino de Malvinas esperando la compañía de la Fragata Libertad.

Si algo distingue a un submarinista de un comandante de buque de superficie, posiblemente por la forzosa convivencia dentro de una cápsula, es la defensa y protección de su tripulación. La misma fe y confianza que solo los padres pueden dar a sus hijos. Se lo que digo, lo aprendí de muy chico del Capitan Héctor Azcueta en la Base Naval Mar del Plata cuando ante una pregunta de un mocoso de cuatro años me dio una clase sobre autoridad y mando y luego me lo confirmó la actuación de su hijo en la guerra de Malvinas, el Comandante del ARA San Luis Cap.de Fragata Fernando Azcueta. (*)

CANALLAS, INFAMES TRAIDORES A LA PATRIA, resucitaron el más negro concepto de la obediencia debida. Pusieron en entredicho la autoridad y lesionaron gravemente la cadena de mando.

 Los que hicieron, los que callaron y los que escondieron una indignación y hartazgo que jamás tuvieron ni tendrán, son socios y beneficiarios del más repugnante terrorismo de estado, solo espero que no tarden en llegar los bárbaros a segar indignas cabezas.

 (*) Los oficiales de la armada no se exhiben, están cuando se los precisa http://www.irizar.org/816boveda.pdf

 No hay excepciones; el tal Godoy o el almirante de Perón, que al promocionarlo en 1973 al comando, descabezó el almirantazgo forzando el retirando a 14 oficiales más antiguos en represalia por el 55, el mason de la P DUE, Emilio Massera que utilizo a la armada en medio de una guerra para su delirante proyecto político, jamás fueron parte de la Marina de Guerra Argentina.
Honor u obediencia debida http://relampagoinfo.blogspot.com.ar/2011/07/capitan-de-fragata-azcueta-devolvio.html

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