Últimamente resoluciones, decretos y leyes son de cumplimiento imposible, para que lo sean hay que complementarlas o derogar otras. La razón es simple la ley positiva no puede colisionar frontalmente con la ley natural, que está grabada en el corazón y el entendimiento del más ignorante y limitado de los humanos.
Nadie se come un escuerzo en el primer bocado, primero el huevo, luego el renacuajo, las patas de rana, el sapo y finalmente el escuerzo ya no impresiona ni le causa asco a nadie.
Hoy pese que nadie lo ignora en su fuero interno, pero todos lo niegan o relativizan, el edificio legal y jurídico de la nación se desmorona.
No hay cara de granito capaz de soportar el vergonzoso trámite de la última ley sobre matrimonio, las agachadas y silencios que la hicieron posibles.
Todos son modernos, progresistas, protegen a las minorías y regalan generosamente derechos ajenos.
Están construyendo algo grande UNA NUEVA HUMANIDAD ajena al Creador, hija de la diosa razón y la santa igualdad, el primer ayuntamiento homosexual del Olimpo de la Revolución Francesa.
No ocurre porque si, el terrorismo comunicacional ha hecho bien su trabajo, miedo paralizante al periodismo y la opinión pública controlados por el pensamiento único oficial.
Matrimonio de homosexuales es el esperpento que obligará a modificar el derecho de familia, sucesiones, identidad de las personas y todo el derecho civil. Una cadena que terminará arrastrando todo el derecho y la misma constitución.
No dramatizo ni exagero. Repárese que ya de movida, el Registro Civil de la Capital está dando fechas para casar “contrayentes” de acuerdo a una ley que a la fecha no existe, no ha sido promulgada, puede ser vetada, y no ha sido publicada, requisitos sin los cuales su existencia es nula. Un infarto masivo de miocardio o una hemorragia cerebral matan en instantes a un vagabundo a un médico o a una presidente.
Cuando a más de prostituir la justicia se demuele el derecho y la organización jurídica, desaparece de hecho la existencia de la nación.
Demos por superados estos mortales episodios coyunturales y nada cambia en lo dicho.
Por primera vez tanta urgencia, bruscamente se frena y se prepara para el miércoles 21 un acto solemne para firmar el decreto que la sanciona.
Será una declaración de guerra, un grosero desafío. Se la comen en silencio o descargamos toda la artillería que ya está lista. En verdad será su último paso en tierra firme y el primero en el vacío, allí donde no hay manos cómplices que los sostengan.
Ni la justicia nacional o las provinciales están en condiciones de soportar una avalancha de causas civiles y penales producto de la mal llamada improvisación, en rigor complicidad y cobardía.
Es un hecho real que en la actualidad las uniones de hecho superan a los matrimonios civiles obligatorios, previos a cualquier ceremonia religiosa ¿Cuántos y quiénes son los raros que tienen tanta urgencia de encadenarse a la ley?
En tanto republicanos, institucionales, Facultades de derecho, Corte Suprema de Justicia. Corporaciones de profesionales del derecho, políticos y legisladores miran para otro lado, se consideran exentos de lo que se viene.
Es tema en el que hay gente valiosa e ilustrada, el derecho no es mi materia, espero que alguno recoja el guante.
Opino desde mi fe, sentido común y moral, porque además esta cadena de sucesos viene arrastrando una guerra religiosa es decir palabras muy mayores.
Como es de rigor en toda norma progresista los “protegidos” serán las primeras víctimas, se trate de los pobres que fabrican y conservan en esa situación, trabajadores, las mujeres, las madres, la infancia o la educación que termina arrasando con la cultura y retornando a la barbarie primitiva.
Se legisla y ordena únicamente buscando efectos políticos, como herramienta para demostrar poder que humilla adversarios, los efectos a nadie le importan, una repetición de la exitosa batalla por las retenciones a las exportaciones, aún mediando un abismo entre una cosa y la otra.
Despacito y con mucha vaselina para que no duela y provoque resistencia; pegadas a ellas y para hacerlas posibles llegaron la GESTAPO agropecuaria (ONCCA) Etchegaray, Moreno el fin del granero del mundo, la ganadería y la leche.
Hoy le llamaron unión civil al dulce de leche, ayer segmentaciones, alícuotas, subsidios, pequeños y medianos productores. Sus aliados de ayer fueron las confusas y timoratas estrategias de la mesa de enlace y los de hoy el episcopado y la dirigencia política.
La rigidez mental de repetir actos fallidos puede hacer mucho daño y tener éxitos efímeros pero es el germen de su propia destrucción a plazo fijo. En las sociedades y la naturaleza el que no se adapta se extingue.
No se trata de simples frases hechas es una ley infalible.
¿Comunicadoras? oficiales sin cadena ni bozal