Muere un joven por ataque de piqueteros a ambulancia (BAE, 3/10/07)
"Es difícil saber si de haber recibido la sangre a tiempo el paciente se hubiera salvado, pero queda claro que se debía hacer una intervención de urgencia y que no se hizo por la irracionalidad de algunos", sostuvo el médico Emilio Lanari, que atendía al paciente.Silvia Lapertosa, la directora del Hospital Vidal, coincidió con Lanari y consideró en C5N que "la tardanza" de la ambulancia "no ha sido el motivo” de la muerte del paciente, pero sin embargó recalcó: "Se han perdido algunos límites y algunos códigos. En este momento también hay reclamos salariales en este hospital pero en ningún momento se dejó de atender a la gente. Con este hecho se deslegitima el reclamo (de los piqueteros)". Lapertosa también contó que los piqueteros mientras destruían la ambulancia intentaron atacar a la mujer del paciente, que viajaba como acompañante. "Ella estaba shockeada, muy nerviosa porque cuando rompieron el móvil intentaron abrir la puerta del lado de ella para agredirla, pero no pudieron", detalló.
Como una precoz certificación del artículo anterior, la realidad demuestra que el eufemismo es la cobertura de la bonanza y paz social argentina y los medios de información, los bien pagados maquilladores de la realidad. A fuerza de repetirse el mensaje ingenuamente todos lo copian: piqueteros, protesta social, eufemismos que reemplazan a bandas armadas de chantajistas asesinos; que descarada e impúdicamente le permiten al dictador, proclamar que la protesta social no puede ser judicializada.
Su juicio y reacción lector; la del otro y la mía sin duda no es la misma ante una denominación u otra. Lavado de cerebro se llama.
Quienes ejecutaron esta acción, que es repetitiva, no son “clientes” de un grupo de mafiosos, son perros rabiosos con patente de corso para hacer el mal. Terrorismo en su más pura acepción, como aquellos jóvenes idealistas que hoy los organizan, financian y aseguran impunidad, con dineros públicos, Terrorismo de Estado se llama.
Si queremos entendernos comencemos por hablar en castellano y llamar a las cosas por su nombre.
"Es difícil saber si de haber recibido la sangre a tiempo el paciente se hubiera salvado, pero queda claro que se debía hacer una intervención de urgencia y que no se hizo por la irracionalidad de algunos", sostuvo el médico Emilio Lanari, que atendía al paciente.Silvia Lapertosa, la directora del Hospital Vidal, coincidió con Lanari y consideró en C5N que "la tardanza" de la ambulancia "no ha sido el motivo” de la muerte del paciente, pero sin embargó recalcó: "Se han perdido algunos límites y algunos códigos. En este momento también hay reclamos salariales en este hospital pero en ningún momento se dejó de atender a la gente. Con este hecho se deslegitima el reclamo (de los piqueteros)". Lapertosa también contó que los piqueteros mientras destruían la ambulancia intentaron atacar a la mujer del paciente, que viajaba como acompañante. "Ella estaba shockeada, muy nerviosa porque cuando rompieron el móvil intentaron abrir la puerta del lado de ella para agredirla, pero no pudieron", detalló.
Como una precoz certificación del artículo anterior, la realidad demuestra que el eufemismo es la cobertura de la bonanza y paz social argentina y los medios de información, los bien pagados maquilladores de la realidad. A fuerza de repetirse el mensaje ingenuamente todos lo copian: piqueteros, protesta social, eufemismos que reemplazan a bandas armadas de chantajistas asesinos; que descarada e impúdicamente le permiten al dictador, proclamar que la protesta social no puede ser judicializada.
Su juicio y reacción lector; la del otro y la mía sin duda no es la misma ante una denominación u otra. Lavado de cerebro se llama.
Quienes ejecutaron esta acción, que es repetitiva, no son “clientes” de un grupo de mafiosos, son perros rabiosos con patente de corso para hacer el mal. Terrorismo en su más pura acepción, como aquellos jóvenes idealistas que hoy los organizan, financian y aseguran impunidad, con dineros públicos, Terrorismo de Estado se llama.
Si queremos entendernos comencemos por hablar en castellano y llamar a las cosas por su nombre.
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