octubre 31, 2007

La definieron en primera vuelta: EXITUS LETALIS

Es el término latino con el que los médicos cerrábamos una historia clínica y evolución cuando el final era la muerte.
Son las palabras que cierran un desgraciado período de nuestra historia, de aquí en más nada será igual, terminaron las especulaciones y pronósticos, los argumentos sobre este tratamiento o aquel para “curar al moribundo”
La gangrena avanzó por la virulencia de sus propios organismos y porque no llegó a los tejidos suficiente sangre limpia con las defensas necesarias. Del final es tan responsable una causa como la otra, sin olvidar a los especuladores matasanos, que se entretuvieron proponiendo sofisticadas terapias importadas, cuando bastaba con un cuchillo de cocina. Más vale un cojo vivo que un muerto entero.
Se confundió el adversario y se gastó pólvora en chimangos, el verdadero objetivo no estaba enfrente sino al lado. Son mercenarios, camaleones, idiotas útiles y las viejas quintas columnas; les que le dan soporte, abren puertas y dan paso para que avancen.
Está hecho; de nada vale llorar al muerto, pero si aprender de la experiencia y que los vecinos viendo nuestras barbas afeitar, pongan las suyas a remojar.
En este momento es un despropósito pensar en restaurar, cuando ya no hay enfermo, habrá que comenzar a pensar en procrear y refundar, menuda tarea para las nuevas generaciones.
A todos los jóvenes, a mis queridos hijos, sobrinos y nietos: les llegó la hora, a lavarse las manos y levantar las banderas, de eliminar los viejos depredadores nos encargamos nosotros, conocemos sus mañas y disfraces.
Les dejamos una pesada cruz, pero al menos les vamos a ahorrar el trabajo sucio. Gracias a Dios, a todos nos quedan cosas pendientes. Si a los mayores todavía no nos llamaron a rendir cuentas es porque algo más se espera de nosotros.

Siempre hay algo para hacer y nunca se debe esperar para hacerlo. El tiempo pasa y el punto de no retorno siempre llega. Basta de generaciones quemadas.
Ya se insinúan las consignas que enarbolaran en esta nueva etapa, de ideas nada, no cuesta imaginar quienes serán sus difusores, porque tienen la misma cara, nombre y apellido que los que embarraron la cancha y les sirvieron la continuidad en bandeja de plata, llegará en pocos días el momento de poner blanco sobre negro.¿Los conoce? Afile el hacha, déles vuelta la cara y ni mencione su nombre, que un piadoso manto de olvido los cubra de por vida “damnatio memoriae(*) que acá será pre mortem.

¡ES UNA TIRANIA ESTUPIDOS!

NO SE LOS SACA CON URNAS LLENAS DE PAPELITOS, SE ELIMINA EL APOYO DE LOS TRAIDORES QUE LOS SOSTIENEN, PARA QUE CAIGAN SOLOS. NADIE EN SU SANO JUICIO PRESUME DE INTELIGENTE Y ESTRATEGA JUGANDO AL AJEDREZ CON EL OGRO, DIALOGANDO CON LA BRUJA O CONSENSUANDO CON EL DRAGON. EL RESULTADO DE HACERLO ESTÁ A LA VISTA, EN CASTELLANO SIN EUFEMISMOS; LES MOJARON LA OREJA, LES TOCARON EL CULO Y QUEDARON COMO CORNUDOS Y APALEADOS.

(*)Damnatio memoriae es una locución latina que significa literalmente "condena de la memoria". No es una antigüedad, la han reverdecido los progresistas modernos: Kirchner y Zapatero en Argentina y España. Era una práctica habitual en la antigua Roma, consistente, como su propio nombre indica, en condenar el recuerdo de un enemigo del Estado tras su muerte. Cuando el Senado Romano decretaba oficialmente la damnatio memoriae, se procedía a eliminar todo cuanto recordara al condenado: imágenes, monumentos, inscripciones, e incluso se llegaba a la prohibición de usar su nombre.

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