En primavera o verano habrá que destapar la gran olla podrida a presión o volará sola. Reaparecerán las viejas historietas, falta red de contención social cuando haya que sincerar servicios, tarifas y “precios pactados” Desgraciadamente es sabido que “el hilo se corta por lo más delgado” Esta vez unos más otros menos casi todos estamos muy flacos.
Para compensar la “iniquidad” nuevos derechos, pensiones y subsidios. Impuestos selectivos y provisorios para asistencia social, ergo más pobreza a dos manos, quitarle al que tiene por propio derecho y multiplicar a lo que les falta, todo con la cobertura de la emergencia social. El discurso de un lado es archiconocido, el discurso del otro, sorprenderá a más de uno.
No es un accidente, ni es casual, el progresismo socialista se alimenta de pobres, los cría, conserva y reproduce; los degrada a miserables que es el oxígeno que respiran. Lo que para todos será tragedia para los gobernantes es un objetivo cumplido. ¡Rebélese si puede, insensible social!
¿Alguien recuerda aquel impuesto “provisorio” a los combustibles para pagar a los jubilados la plata que el estado les robó?; ¿y las obleas que aparecieron “haga patria mate un jubilado”? Esta vez no será grosero ni jocoso, será dramático.
Desde la extrema izquierda a la “nueva derecha social” hay una promesa que no falta: terminar con la pobreza, con propuestas que la reproducen. Expresión de la absoluta falta de respeto que tienen ambas por la persona a la que reducen a mercadería, unos para generar propia riqueza y otros para obtener poder político. Porque pobres siempre habrá, “l’egalitè” es contra natura, habrá bajos y altos; flacos y gordos; varones y mujeres; hábiles y torpes; escasos de dinerillos y otros con la bolsa llena y es bueno que así sea, es el orden del universo: poca masa y agujeros negros, poderosos soles y cascotitos de hielo. Todos necesarios para que el sistema funcione.
La pobreza no es un mal al que haya que exterminar, lo condenable es la esclavitud y la falta de libertad para dejar de serlo. El asistencialismo es la forma de ponerlos en conserva, que no puedan salir, que no dejen de ser pobres y además sean siervos dependientes. La igualdad solo amuralla el techo para impedir que se pueda crecer. Siendo tan sencillo de entender ¿por qué hay tantos brutos que se niegan a verlo? Son los enanos, que no pudiendo crecer como personas, pretenden rebajarlos a todos.
Hoy se considera que la pobreza es exclusivamente una cuestión económica, hasta se han desarrollado índices para medirla. Falsa premisa que se ha generalizado y se la acepta como un dogma a partir de la cual se construyen infinidad de sofismas. Pobre no es el que no tiene, sino el que no puede o pretende más de lo que es capaz.
En la medida que unos enseñan que poseemos “derechos inalienables y gratuitos” concedidos por otros pobres tipos y otros exhiben impúdicamente su poder y sus lujos, se ha llenado el mundo de pobres que no aceptan que les falte lo que a otros les sobra porque se les repite que tienen un derecho gratuito (sin obligaciones) a tenerlo. De allí que de regional, estacional o transitoria se ha convertido en global y permanente. Una mayoría absoluta, que son votos y es poder, “hic jacet lepus”
En numerosos artículos he repetido una idea: primero limpiar la propia casa, a esto me refiero, limpiarnos de estas y otras falsas premisas y de los razonamientos sofistas que parten de ellas.
Es coloquial, no académico, no le busque el pelo al huevo, a buen entendedor pocas palabras bastan.
Es lo que viene, sacuda telarañas, no pierda tiempo en debatirlo, la perversa dialéctica ha prostituido el idioma, la comunicación es imposible, el único objetivo posible y necesario es que no le pervierta el pensamiento.
Para compensar la “iniquidad” nuevos derechos, pensiones y subsidios. Impuestos selectivos y provisorios para asistencia social, ergo más pobreza a dos manos, quitarle al que tiene por propio derecho y multiplicar a lo que les falta, todo con la cobertura de la emergencia social. El discurso de un lado es archiconocido, el discurso del otro, sorprenderá a más de uno.
No es un accidente, ni es casual, el progresismo socialista se alimenta de pobres, los cría, conserva y reproduce; los degrada a miserables que es el oxígeno que respiran. Lo que para todos será tragedia para los gobernantes es un objetivo cumplido. ¡Rebélese si puede, insensible social!
¿Alguien recuerda aquel impuesto “provisorio” a los combustibles para pagar a los jubilados la plata que el estado les robó?; ¿y las obleas que aparecieron “haga patria mate un jubilado”? Esta vez no será grosero ni jocoso, será dramático.
Desde la extrema izquierda a la “nueva derecha social” hay una promesa que no falta: terminar con la pobreza, con propuestas que la reproducen. Expresión de la absoluta falta de respeto que tienen ambas por la persona a la que reducen a mercadería, unos para generar propia riqueza y otros para obtener poder político. Porque pobres siempre habrá, “l’egalitè” es contra natura, habrá bajos y altos; flacos y gordos; varones y mujeres; hábiles y torpes; escasos de dinerillos y otros con la bolsa llena y es bueno que así sea, es el orden del universo: poca masa y agujeros negros, poderosos soles y cascotitos de hielo. Todos necesarios para que el sistema funcione.
La pobreza no es un mal al que haya que exterminar, lo condenable es la esclavitud y la falta de libertad para dejar de serlo. El asistencialismo es la forma de ponerlos en conserva, que no puedan salir, que no dejen de ser pobres y además sean siervos dependientes. La igualdad solo amuralla el techo para impedir que se pueda crecer. Siendo tan sencillo de entender ¿por qué hay tantos brutos que se niegan a verlo? Son los enanos, que no pudiendo crecer como personas, pretenden rebajarlos a todos.
Hoy se considera que la pobreza es exclusivamente una cuestión económica, hasta se han desarrollado índices para medirla. Falsa premisa que se ha generalizado y se la acepta como un dogma a partir de la cual se construyen infinidad de sofismas. Pobre no es el que no tiene, sino el que no puede o pretende más de lo que es capaz.
En la medida que unos enseñan que poseemos “derechos inalienables y gratuitos” concedidos por otros pobres tipos y otros exhiben impúdicamente su poder y sus lujos, se ha llenado el mundo de pobres que no aceptan que les falte lo que a otros les sobra porque se les repite que tienen un derecho gratuito (sin obligaciones) a tenerlo. De allí que de regional, estacional o transitoria se ha convertido en global y permanente. Una mayoría absoluta, que son votos y es poder, “hic jacet lepus”
En numerosos artículos he repetido una idea: primero limpiar la propia casa, a esto me refiero, limpiarnos de estas y otras falsas premisas y de los razonamientos sofistas que parten de ellas.
Es coloquial, no académico, no le busque el pelo al huevo, a buen entendedor pocas palabras bastan.
Es lo que viene, sacuda telarañas, no pierda tiempo en debatirlo, la perversa dialéctica ha prostituido el idioma, la comunicación es imposible, el único objetivo posible y necesario es que no le pervierta el pensamiento.
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