Un dicho referido comúnmente a los locos y los manicomios. Se ha convertido en una síntesis del Régimen (gobierno+oposición complaciente)
Aceptar que 500 o 1.000 delincuentes comunes asentados en despachos oficiales, bancas o magistraturas con un nivel intelectual rayano en la imbecilidad o el cretinismo, hayan sido capaces de colonizar y destruir el país como lo han hecho, implica tener un muy bajo concepto de nosotros mismos.
Existe una base de sustentación, cuyo poder no es cuantitativo sino cualitativo por la carencia de límites y principios que tienen, los recursos económicos, los medios de comunicación e información que controlan y disponen. Los que se quieren salvar pisando cabezas aunque todos se hundan.
Figuras conocidas de la industria y producción, del pensamiento, el análisis y la comunicación, tan impolutos e insospechados que hasta se dan el lujo de exhibir “pequeñas manchas” sin sonrojarse.
Periódicamente alguno queda en evidencia, en esta etapa final de la campaña, quieran o no saldrán a la luz sin vergüenza. La tiranía necesita de todas las lanzas mercenarias para sostenerse y continuar, es cuestión de vida o muerte para todos.
Los últimos escándalos públicos, han madurado los tiempos y nadie duda que el salvaje depredador de enfrente sea menos peligroso que el atildado traidor que tenemos al lado. Unos pintando de vivos colores y perfumando el ambiente, otros enancándose cual salvavidas de plomo de algún candidato, maldito para el régimen.
Serán sin duda el blanco de la próxima campaña que enfrentará en lo profundo, al país silencioso contra todos.
No es el anticipo de una campaña sucia, es la certeza que habrá demasiados sucios en la campaña.
Cuando aparezca la evidencia, será difícil no sorprenderse. Especialmente si la situación lo requiere, cuando se revelen los candidatos opositores fabricados a medida, para asegurarse la continuidad.
Esta página también entrará en campaña, que no será por este o por aquel. No dispone información reservada, ni hace denuncias. Hay muchos excelentes periodistas y particulares, que en medios digitales cubren la posición. Será sin complejos, acerca que si tal opinión beneficia a uno u otro.
En la situación actual, no se puede elegir entre el malo y el peor, simplemente para barrer a la canalla. Sabiendo de antemano que la perversión del sistema y la política de tierra arrasada, condena al mejor; al fracaso. No dudo que hay alguna ingenua (¿hasta cuando?) buena gente, el verdadero problema no es tanto de personas como del perverso sistema en que se mueven.
Cuando aparecen las mascaritas, es porque comenzó el carnaval.
Aceptar que 500 o 1.000 delincuentes comunes asentados en despachos oficiales, bancas o magistraturas con un nivel intelectual rayano en la imbecilidad o el cretinismo, hayan sido capaces de colonizar y destruir el país como lo han hecho, implica tener un muy bajo concepto de nosotros mismos.
Existe una base de sustentación, cuyo poder no es cuantitativo sino cualitativo por la carencia de límites y principios que tienen, los recursos económicos, los medios de comunicación e información que controlan y disponen. Los que se quieren salvar pisando cabezas aunque todos se hundan.
Figuras conocidas de la industria y producción, del pensamiento, el análisis y la comunicación, tan impolutos e insospechados que hasta se dan el lujo de exhibir “pequeñas manchas” sin sonrojarse.
Periódicamente alguno queda en evidencia, en esta etapa final de la campaña, quieran o no saldrán a la luz sin vergüenza. La tiranía necesita de todas las lanzas mercenarias para sostenerse y continuar, es cuestión de vida o muerte para todos.
Los últimos escándalos públicos, han madurado los tiempos y nadie duda que el salvaje depredador de enfrente sea menos peligroso que el atildado traidor que tenemos al lado. Unos pintando de vivos colores y perfumando el ambiente, otros enancándose cual salvavidas de plomo de algún candidato, maldito para el régimen.
Serán sin duda el blanco de la próxima campaña que enfrentará en lo profundo, al país silencioso contra todos.
No es el anticipo de una campaña sucia, es la certeza que habrá demasiados sucios en la campaña.
Cuando aparezca la evidencia, será difícil no sorprenderse. Especialmente si la situación lo requiere, cuando se revelen los candidatos opositores fabricados a medida, para asegurarse la continuidad.
Esta página también entrará en campaña, que no será por este o por aquel. No dispone información reservada, ni hace denuncias. Hay muchos excelentes periodistas y particulares, que en medios digitales cubren la posición. Será sin complejos, acerca que si tal opinión beneficia a uno u otro.
En la situación actual, no se puede elegir entre el malo y el peor, simplemente para barrer a la canalla. Sabiendo de antemano que la perversión del sistema y la política de tierra arrasada, condena al mejor; al fracaso. No dudo que hay alguna ingenua (¿hasta cuando?) buena gente, el verdadero problema no es tanto de personas como del perverso sistema en que se mueven.
Cuando aparecen las mascaritas, es porque comenzó el carnaval.
No hay comentarios:
Publicar un comentario