mayo 11, 2007

Francia

Tiempo al tiempo, el último artículo sobre las elecciones 24/4, lo cerré con un Au revoir Asterix, faltaba la segunda vuelta, las parlamentarias de Julio, ver la largada y los pingos en la cancha, hasta ese momento eran aprontes y la distorsionada calentura de la campaña.
Es malo apresurarse y en este caso particular: osado, Francia no se lee como un libro abierto, hay que olerla, sentirla y pensarla.
No hace honor a las acepciones castellanas de franco: abierto, frontal, directo, veraz; piensan, sienten y hablan en francés.
Anoto dos datos: los primeros, menores pero que marcan tendencias. La quema de autos y choques con la policía, una “democrática” protesta contra la “voluntad popular” y la crítica bastarda a la oxigenación mediterránea de Sarkozy a bordo de un yate. Ambos episodios característicos del progresismo socialista sudamericano anquilosado en el odio y lucha de clases, en contradicción con el silencio de Segolene Royal.
He recogido muchas opiniones sobre el nuevo presidente a favor y contra, todas directamente o entre líneas expresan su incredulidad y desconfianza hacia Sarkozy en cuanto sea realmente lo que dice ser. Me pregunto si esa duda la tuvieron también los franceses y explica los altos porcentajes de indecisos pre-electorales.
Sin argumentos de peso coincido con esa sensación, ni Sarkozy ni su oponente son lo que dicen ser o la prensa dibuja e interpreta.
Precisamente en esa línea, no se encuentra entre tantas opiniones una lectura seria acerca del significado político del pronunciamiento.
Dos vueltas electorales y sigo indeciso ¿Que votó o que eligió Francia?Mientras esperamos tener algún fundamento le ofrezco una selección de opiniones.

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