Elecciones en Francia

Hasta ahora han sido “más de lo mismo” al punto que se han cargado cinco repúblicas sin que se les moviera un pelo. Esta vez la sensación es que algo comenzará a cambiar, más que como consecuencia de un proyecto, por ese sino tan francés de poner cada tanto todo patas arriba. El sube y baja de la encuestas, tiene dos lecturas: indefinición y desconfianza de los franceses por un lado y un posible resultado atado al imprevisto del día, que desnivele la opinión hacia un lado u otro.

París. (EP/AP).- El 42% de los franceses aún no sabe a quién va a votar a dos semanas de la primera ronda de los comicios presidenciales, de acuerdo con una encuesta difundida el domingo, por el semanario semanario 'Le Parisien Dimanche'.

En éste último caso la pregunta se impone ¿Quién va a elegir al próximo presidente de Francia, un repentino cambio de humor de los franceses o el “hecho imprevisto”?

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Todo parece indicar que el 22 de Abril (Para los “cabuleros” ¿un doble 11?) se comenzará a resolver una ecuación, algo muy distinto a una elección.
Es difícil apartar el recuerdo de Kennedy, los EEUU y sus guerras injustificadas, de Watergate y hasta del 11 M en Atocha, que condicionaron elecciones y hasta encubrieron golpes de palacio (En la bárbara Hispanoamérica revoluciones militares)
Por dónde se lo mire, el vaso de los límites en política ha sido rebasado en el primero y en todos los mundos, los despropósitos y exabruptos de los candidatos vacíos de contenido, que se leen todos los días y por razones de buen gusto omito, confirman que no apuntan al electorado sino al centro de la Santabárbara, buscando la explosión que los impulse al ansiado cargo, la cuestión se complica cuando el proyecto lo comparten franceses candidatos y forasteros interesados. Guste o no, “La France”, es una marca registrada que conserva toda la imagen de una excelencia pasada, da prestigio y lustre a todos los opacos del mundo.
Es una hipótesis, la demostración corre por cuenta del tiempo y los hechos sin despreciar ni dejar de lado, esa particular sin razón de los franceses, capaces de responder con un aplastastante “NO” cuando les piden un “SI”; quemar carnicerías y panaderías cuando pasan hambre y miseria o alzar un Emperador después de haber decapitado a sus Reyes.
Hay grandes problemas irresueltos que afectan al mundo, por lo que no es despreciable sumar un aliado con buena imagen, el más candente precisamente en los antiguos territorios franceses de outremère.
Transpolando el hoy de Francia al resto del mundo, sorprende la esterilidad y vulgaridad intelectual de las dirigencias, una verdadera pandemia de la política, que lógicamente no es posible aceptar sin más, como un cretinismo contagioso.
En mi opinión es el sistema político globalizado que solo permite que se reproduzcan y medren los peores. ¿Qué separa sino a Sarkozy, Rodríguez Zapatero, Blair, o Bush? Que unos escupen hacia un lado y otros al otro, que negocian con un cosaco con un rabino o un Imán.
A una Hillary Clinton, Michele Bachelet, Cristina Kirchner o Segolene Royal? Nada, porque no existen, son desesperadas creaciones del progresismo montadas en una ola feminista, para que la social-democracia, huérfana de dirigentes de peso propio, no sea barrida por el hartazgo de los pueblos de tanta mentira sensiblera.
Predecir a Francia, es trabajo de profetas, por ello me limito a ver lo que viene y relacionarlo con los efectos que quedaron de lo que ya pasó.
Au revoir Asterix, todo bien, lo escribo con onda.