Un muerto innecesario pero previsible en Neuquén y comienza la cacería del culpable y la procesión de lloronas. El episodio no concluyó, es cabeza de serie.
El autor material o sus jefes, como de costumbre “la fácil” una elegante manera de conformar el hipócrita sentido de la justicia que hemos adoptado. En medio de una campaña electoral el hecho asegura grandes réditos. Un candidato muerto por hacer lo que corresponde (Sobisch) y otro malherido( Macri) por desleal.
Un caso muy particular y aleccionador, pocas veces es posible encontrar tantos culpables de una sola muerte.
Con las excepciones que confirman la regla (López Murphy y Morales Solá) todos a una, han señalado un culpable, incluso su propio aliado para que nadie vea las manchas que salpican sus vestiduras. La rápida condena del hecho junto al silencio explícito o escondido en retorcidos análisis, acerca del verdadero responsable, asegura la impunidad de continuar en el candelero.
Sólo el oficialmente imputado, lo dijo con todas las letras: "Kirchner y Aníbal Fernández son dos miserables cobardes y perversos".
El descontrol, la tolerada impunidad y su consecuencia: el imperio de la anarquía en las calles, junto a la permanente provocación de conflictos fabricados son las únicas necesarias condiciones para que ocurra lo que diariamente ocurre y seguirá ocurriendo. Es cotidiano a no engañarse, porque en este “Nuevo País” hay pobres muertos y otros que antes de enfriarse ya tienen un monumento. Por decirlo mal y pronto hay muertos útiles y muertos al pedo, aunque estos sean siempre los nuestros.
Duele decirlo, pero es necesario revolver la herida, a ver si se siente algo.
Es violencia cortar rutas y calles, no importan las razones y es violencia tolerarlo; cuando brota la violencia bajo el disfraz de reclamos sociales o laborales, detrás siempre están los que buscan que haya sangre, la “consigna” esta sólidamente grabada a fuerza de repetirla y garantiza la impunidad: “ la violencia de los pobres es justicia” Estos episodios tienen nombre propio en todo el mundo civilizado: guerrilla urbana; preparada por la cotidiana “gimnasia revolucionaria” Hoy los inocentes y voluntarios “jóvenes idealistas” de ayer, son reemplazados por gente comúnmente idiota que siempre esta donde no debe, únicamente para mostrarse y hacer número o inocentes vecinos siempre destinatarios de las balas perdidas. (Daños colaterales en el hemisferio norte)
Los conflictos se provocan y se crean para buscar estos resultados, esto se llama guerra y guerra de agresión para más datos. Un gobierno contra los ciudadanos y las instituciones de la Nación. No hace el ruido de una Guerra Civil, pero así comienzan desde la cuna hasta los monstruos más sanguinarios.
La legítima protesta es justa. Destruir la propiedad privada, tomar municipios o legislaturas, cortar puentes, rutas y calles, no es legítimo ni es protesta ¿docentes delincuentes; ambientalistas mafiosos, camioneros que bloquean el transporte?
¿Quiere otro culpable? Nadie lo va a decir, muchos lo piensan: sólo un demente irresponsable sale a la calle a protestar por las condiciones de trabajo en medio de una guerra. El pobre demente es inimputable, los responsables son los que juegan a vivir en un estado de derecho y a pintar una armoniosa realidad inexistente. O los que pontifican: ¿Guerra? Por favor, no pasa nada, estamos en una democracia, quizás imperfecta, pero tenemos los mecanismos para rectificar errores.
Hay ocasiones en que un diagnóstico errado es mortal y eso no se rectifica.
Una noticia y dos informaciones, así se engaña a la gilada
El autor material o sus jefes, como de costumbre “la fácil” una elegante manera de conformar el hipócrita sentido de la justicia que hemos adoptado. En medio de una campaña electoral el hecho asegura grandes réditos. Un candidato muerto por hacer lo que corresponde (Sobisch) y otro malherido( Macri) por desleal.
Un caso muy particular y aleccionador, pocas veces es posible encontrar tantos culpables de una sola muerte.
Con las excepciones que confirman la regla (López Murphy y Morales Solá) todos a una, han señalado un culpable, incluso su propio aliado para que nadie vea las manchas que salpican sus vestiduras. La rápida condena del hecho junto al silencio explícito o escondido en retorcidos análisis, acerca del verdadero responsable, asegura la impunidad de continuar en el candelero.
Sólo el oficialmente imputado, lo dijo con todas las letras: "Kirchner y Aníbal Fernández son dos miserables cobardes y perversos".
El descontrol, la tolerada impunidad y su consecuencia: el imperio de la anarquía en las calles, junto a la permanente provocación de conflictos fabricados son las únicas necesarias condiciones para que ocurra lo que diariamente ocurre y seguirá ocurriendo. Es cotidiano a no engañarse, porque en este “Nuevo País” hay pobres muertos y otros que antes de enfriarse ya tienen un monumento. Por decirlo mal y pronto hay muertos útiles y muertos al pedo, aunque estos sean siempre los nuestros.
Duele decirlo, pero es necesario revolver la herida, a ver si se siente algo.
Es violencia cortar rutas y calles, no importan las razones y es violencia tolerarlo; cuando brota la violencia bajo el disfraz de reclamos sociales o laborales, detrás siempre están los que buscan que haya sangre, la “consigna” esta sólidamente grabada a fuerza de repetirla y garantiza la impunidad: “ la violencia de los pobres es justicia” Estos episodios tienen nombre propio en todo el mundo civilizado: guerrilla urbana; preparada por la cotidiana “gimnasia revolucionaria” Hoy los inocentes y voluntarios “jóvenes idealistas” de ayer, son reemplazados por gente comúnmente idiota que siempre esta donde no debe, únicamente para mostrarse y hacer número o inocentes vecinos siempre destinatarios de las balas perdidas. (Daños colaterales en el hemisferio norte)
Los conflictos se provocan y se crean para buscar estos resultados, esto se llama guerra y guerra de agresión para más datos. Un gobierno contra los ciudadanos y las instituciones de la Nación. No hace el ruido de una Guerra Civil, pero así comienzan desde la cuna hasta los monstruos más sanguinarios.
La legítima protesta es justa. Destruir la propiedad privada, tomar municipios o legislaturas, cortar puentes, rutas y calles, no es legítimo ni es protesta ¿docentes delincuentes; ambientalistas mafiosos, camioneros que bloquean el transporte?
¿Quiere otro culpable? Nadie lo va a decir, muchos lo piensan: sólo un demente irresponsable sale a la calle a protestar por las condiciones de trabajo en medio de una guerra. El pobre demente es inimputable, los responsables son los que juegan a vivir en un estado de derecho y a pintar una armoniosa realidad inexistente. O los que pontifican: ¿Guerra? Por favor, no pasa nada, estamos en una democracia, quizás imperfecta, pero tenemos los mecanismos para rectificar errores.
Hay ocasiones en que un diagnóstico errado es mortal y eso no se rectifica.
Una noticia y dos informaciones, así se engaña a la gilada
Vallaron la Casa de Gobierno de Santa Cruz
En el marco de la protesta docente, las autoridades desplegaron un fuerte operativo de seguridad; la medida provocó un fuerte malestar; unas 500 personas se sumaron a la manifestación La Nación21/4/07
Grupos trotskistas protagonizaron violentos destrozos en las calles de la provincia. Aprovecharon la convulsión docente para romper autos y comercios. La Casa de Gobierno provincial está completamente vallada InfoBae.com21/4/07
En el marco de la protesta docente, las autoridades desplegaron un fuerte operativo de seguridad; la medida provocó un fuerte malestar; unas 500 personas se sumaron a la manifestación La Nación21/4/07
Grupos trotskistas protagonizaron violentos destrozos en las calles de la provincia. Aprovecharon la convulsión docente para romper autos y comercios. La Casa de Gobierno provincial está completamente vallada InfoBae.com21/4/07
La verdad: Un estado que desencadena el conflicto por decreto, los docentes que responden a la provocación según el principio oficial que la violencia de arriba justifica la violencia de abajo y las tropas de asalto oficiales identificadas ahora como trotzkistas que aportan su entrenamiento en la violencia Finalmente los comúnmente idiotas que hacen número y ponen los muertos. Los gobernantes inocentes, un culpable para cada cosa.
Es simple; asumir lo que hay o supimos conseguir, del otro lado de la puerta de calle comienza la selva, que tiene su ley, sobrevivir a cualquier precio. Esa realidad no la cambian las lucecitas de colores de índices, reservas y crecimiento, ni la podrán cambiar los especialistas que salen a “caminarla” para enterarse que pasa.
Cuando la calle es campo de batalla, los no combatientes sobran, o lo entienden por las buenas o un plomo se los hará entender por las malas. Es una dura y difícil realidad, de acuerdo, nunca se ha dicho que la guerra sea joda.
Los ilustrados de siempre, elegantes opositores, no se privan de echar leña al fuego, reclamando por la falta de capacitación de la policía ¿habrán estado alguna vez en medio del vandalismo callejero, en que cada acción y movimiento están estudiados y practicados? He visto el estallido de ira y los ojos inyectados en sangre del ingeniero autodidacta en seguridad, por un fallo que no colmó su expectativa. Pártale la cabeza de una pedrada, póngale en la mano una 9 mm. y cuente cuantos muñequitos quedaron parados enfrente del respetuoso personaje.Sin duda que el autocontrol y la disciplina forman parte del profesionalismo que debe tener todo policía y deben tener también dirigentes, magistrados y gobernantes. El hilo se corta siempre por lo más delgado, y quien lo tensa más allá de sus límites asume y es culpable de todas las consecuencias.
Es simple; asumir lo que hay o supimos conseguir, del otro lado de la puerta de calle comienza la selva, que tiene su ley, sobrevivir a cualquier precio. Esa realidad no la cambian las lucecitas de colores de índices, reservas y crecimiento, ni la podrán cambiar los especialistas que salen a “caminarla” para enterarse que pasa.
Cuando la calle es campo de batalla, los no combatientes sobran, o lo entienden por las buenas o un plomo se los hará entender por las malas. Es una dura y difícil realidad, de acuerdo, nunca se ha dicho que la guerra sea joda.
Los ilustrados de siempre, elegantes opositores, no se privan de echar leña al fuego, reclamando por la falta de capacitación de la policía ¿habrán estado alguna vez en medio del vandalismo callejero, en que cada acción y movimiento están estudiados y practicados? He visto el estallido de ira y los ojos inyectados en sangre del ingeniero autodidacta en seguridad, por un fallo que no colmó su expectativa. Pártale la cabeza de una pedrada, póngale en la mano una 9 mm. y cuente cuantos muñequitos quedaron parados enfrente del respetuoso personaje.Sin duda que el autocontrol y la disciplina forman parte del profesionalismo que debe tener todo policía y deben tener también dirigentes, magistrados y gobernantes. El hilo se corta siempre por lo más delgado, y quien lo tensa más allá de sus límites asume y es culpable de todas las consecuencias.
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