junio 11, 2007

No dar por el pito más de lo que el pito vale

Una campaña se planifica, se ejecuta y se termina.
Un ballotage con 46% de los votos, duplicando al 2º y superando la suma del 2º y 3º, será legal pero es la puerta de una estafa, solo posible por la desvergüenza de los que la sancionaron y del que no se hace a un lado. Esta maña jurídica para que las minorías gobiernen y sus necesarios aditamentos: otra campaña, el debate, etc. son simples cazabobos, mientras por debajo se cocina la verdadera batalla.
Los números están puestos, solo los puede modificar la propia torpeza, convirtiéndolos en una avalancha de repulsa, esto es la realidad, pero como vivimos de la ficción, alcanzar un 40% por hoy, les parece un triunfo.
No se debe menospreciar al adversario, está obligado a cambiar la línea, no para ganar sino para ocultar la próxima derrota.
Que si los 70, los 90 o los 2000 y ¿los 80 nadie los vivió?
Volveremos sobre esto; presiento que “hic jacet lepus” o su castizo equivalente: ahí está la madre del borrego.
Piedra libre para Alfonsín y la Internacional Socialdemócrata.


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