En el último mes reaparece un pico de inseguridad focalizado en “countries”(barrios cerrados) con características particulares.
Si bien hay violencia: intimidación, amenazas, violación de la propiedad etc. No se han producido muertos, heridos ni maltrato físico.
En el caso más reciente la información, con el debido respeto a la familia Brea, es risible. El dueño de casa consigue convencer a los delincuentes (¿) que en la propiedad no hay “caja fuerte” por lo que sin más se retiran con los valores en efectivo que encontraron, algunas joyas y electrónicos menores.
Demasiado prolijo este caso y los otros, cuando la violencia delictiva va en aumento.
Han ocurrido varios secuestros “modalidad al voleo” resueltos por las familias con el pago de rescates, sin lesionados, heridos o muertos. Periodismo, cámaras, policías y gestores ausentes.
Estos “picos de inseguridad” no son nuevos, aparecen y desaparecen por un tiempo, Queda la delincuencia de base, que alimenta a muchos “honestos”: asaltos, robo de vehículos, comercios y propiedades particulares que siendo el pan de cada día ya ni registra la prensa. He tenido ocasión de presenciar desde el balcón de la casa de mi hijo tres robos a mano armada; un vehículo y dos comercios, en el mismo lugar y en cinco días. En horas del mediodía, no en el suburbio, Mansilla y Bulnes. Lo saben los vecinos, las víctimas y yo. Nunca llegó un policía, ni falta que hacía. Es simplemente anecdótico, como el paso de un colectivo.
Que hay inseguridad no es novedad, que se alimenta de la impunidad gracias a la asociación ilícita de jueces, abogados, policías y políticos delincuentes, tampoco; que lleva el curioso sello del “laissez fere, laissez paser” del progresismo oficial, nadie duda.
La cuestión que se plantea es la del título ¿es todo delincuencia u operan los servicios? ¿Con que objetivo se recalienta, por acción u omisión, un tema álgido en plena campaña electoral?
Puesto a buscar hay ciento de razones: distraer de otros problemas con uno que se ha asumido que ya está y va a seguir; darle letra algún Blumberg desinflado, que fue creado por el periodismo; como nadie tuvo tanta cámara y prensa; curiosamente dedicado a la política, para empiojar con discursos de consenso, una oposición que no necesita ayuda para esterilizarse, pero nunca está de mas, por si las moscas.
O se prepara la “instalación” de una candidata “legalista” acompañada por la selección oficial de delincuentes terroristas, que prometa orden y respeto por la ley, dejando muda a la oposición ¡Cosas veredes Sancho!
No es fábula,¿no se exhibe el macho cada día gratuitamente como el más feroz?, el viejo juego del bueno y el malo. No creemos en Brujas pero que las hay, está a la vista.
Si bien hay violencia: intimidación, amenazas, violación de la propiedad etc. No se han producido muertos, heridos ni maltrato físico.
En el caso más reciente la información, con el debido respeto a la familia Brea, es risible. El dueño de casa consigue convencer a los delincuentes (¿) que en la propiedad no hay “caja fuerte” por lo que sin más se retiran con los valores en efectivo que encontraron, algunas joyas y electrónicos menores.
Demasiado prolijo este caso y los otros, cuando la violencia delictiva va en aumento.
Han ocurrido varios secuestros “modalidad al voleo” resueltos por las familias con el pago de rescates, sin lesionados, heridos o muertos. Periodismo, cámaras, policías y gestores ausentes.
Estos “picos de inseguridad” no son nuevos, aparecen y desaparecen por un tiempo, Queda la delincuencia de base, que alimenta a muchos “honestos”: asaltos, robo de vehículos, comercios y propiedades particulares que siendo el pan de cada día ya ni registra la prensa. He tenido ocasión de presenciar desde el balcón de la casa de mi hijo tres robos a mano armada; un vehículo y dos comercios, en el mismo lugar y en cinco días. En horas del mediodía, no en el suburbio, Mansilla y Bulnes. Lo saben los vecinos, las víctimas y yo. Nunca llegó un policía, ni falta que hacía. Es simplemente anecdótico, como el paso de un colectivo.
Que hay inseguridad no es novedad, que se alimenta de la impunidad gracias a la asociación ilícita de jueces, abogados, policías y políticos delincuentes, tampoco; que lleva el curioso sello del “laissez fere, laissez paser” del progresismo oficial, nadie duda.
La cuestión que se plantea es la del título ¿es todo delincuencia u operan los servicios? ¿Con que objetivo se recalienta, por acción u omisión, un tema álgido en plena campaña electoral?
Puesto a buscar hay ciento de razones: distraer de otros problemas con uno que se ha asumido que ya está y va a seguir; darle letra algún Blumberg desinflado, que fue creado por el periodismo; como nadie tuvo tanta cámara y prensa; curiosamente dedicado a la política, para empiojar con discursos de consenso, una oposición que no necesita ayuda para esterilizarse, pero nunca está de mas, por si las moscas.
O se prepara la “instalación” de una candidata “legalista” acompañada por la selección oficial de delincuentes terroristas, que prometa orden y respeto por la ley, dejando muda a la oposición ¡Cosas veredes Sancho!
No es fábula,¿no se exhibe el macho cada día gratuitamente como el más feroz?, el viejo juego del bueno y el malo. No creemos en Brujas pero que las hay, está a la vista.
1 comentario:
Leo como siempre top ten, espero verlo al textil ingeniero cuado le afenen las carpetas en las favelas de Buenos Aires.
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