Depredadores natos, uno en nombre del socialismo s. XXI, socialismo o muerte, otro en el de un Nuevo País, progresismo K o muerte.
Ambos avasallaron todas las instituciones, degradaron la ética y la moral pública y privada; tergiversaron la historia para hacerla a su medida y dilapidaron los recursos naturales y la riqueza de sus tierras, en aras de su soberbia; uno el extraordinario precio de los recursos energéticos y el otro el de la producción agropecuaria.
Ambos mienten por sistema, descreen del protocolo y las formas. Dos perfectos payasos si no fuesen trágicos.
Se exhiben como los matones del barrio, provocan e insultan para parecer y no mostrar su debilidad e intrascendencia innata.
Ambos de uniforme, uno presumiendo de “miliciano asimétrico”, otro de civil desprolijo. Uno duerme con la “boina coloráa”, el otro para distinguirse no se saca la corbata celeste, salvo en Venezuela, para no ofender a “su comandante” ¡¡¡Majaretas!!!
Hacen grandes negocios entre ellos; uno hipotecando el futuro de Venezuela con “presentes griegos”, otro el de Argentina emitiendo nueva deuda, mientras cacarea superávit y reservas.
No pierden nada, uno compra tiempo y protagonismo que es el oxígeno de su soberbia, otro necesita más tiempo para dejar tierra arrasada que sea ingobernable, su obsesión es la permanencia que le asegure impunidad.
Las cuentas las pagan y pagarán generaciones de argentinos y venezolanos.
Siendo expertos en estas jugarretas en carne propia, resulta sorprendente cuanto papel y aire se dilapidan repitiendo el éxito de la “gestión económica”, teniendo a la vista el Caribe y el Plata, esto no es crítica ni oposición por si misma, esta a la vista, no es análisis ni futurología es realidad, dura y concreta.
En Caracas estalla la inflación y el desabastecimiento, en Argentina es visible su siniestra sombra y ensordece el silbido de la olla a presión de los precios; uno juega al conocido dólar oficial y dólar negro para llenar los bolsillos de sus mercenarios, otro repite la receta del “dólar en conserva” ambos tan falsos como ellos, sabemos como termina.
Uno roba recursos para comprar armas y jugar al pesado intimidando vecinos para rapiñar ventajas, el otro compra votos, dirigentes y empresarios con el mismo fin.
Ambos avasallaron todas las instituciones, degradaron la ética y la moral pública y privada; tergiversaron la historia para hacerla a su medida y dilapidaron los recursos naturales y la riqueza de sus tierras, en aras de su soberbia; uno el extraordinario precio de los recursos energéticos y el otro el de la producción agropecuaria.
Ambos mienten por sistema, descreen del protocolo y las formas. Dos perfectos payasos si no fuesen trágicos.
Se exhiben como los matones del barrio, provocan e insultan para parecer y no mostrar su debilidad e intrascendencia innata.
Ambos de uniforme, uno presumiendo de “miliciano asimétrico”, otro de civil desprolijo. Uno duerme con la “boina coloráa”, el otro para distinguirse no se saca la corbata celeste, salvo en Venezuela, para no ofender a “su comandante” ¡¡¡Majaretas!!!
Hacen grandes negocios entre ellos; uno hipotecando el futuro de Venezuela con “presentes griegos”, otro el de Argentina emitiendo nueva deuda, mientras cacarea superávit y reservas.
No pierden nada, uno compra tiempo y protagonismo que es el oxígeno de su soberbia, otro necesita más tiempo para dejar tierra arrasada que sea ingobernable, su obsesión es la permanencia que le asegure impunidad.
Las cuentas las pagan y pagarán generaciones de argentinos y venezolanos.
Siendo expertos en estas jugarretas en carne propia, resulta sorprendente cuanto papel y aire se dilapidan repitiendo el éxito de la “gestión económica”, teniendo a la vista el Caribe y el Plata, esto no es crítica ni oposición por si misma, esta a la vista, no es análisis ni futurología es realidad, dura y concreta.
En Caracas estalla la inflación y el desabastecimiento, en Argentina es visible su siniestra sombra y ensordece el silbido de la olla a presión de los precios; uno juega al conocido dólar oficial y dólar negro para llenar los bolsillos de sus mercenarios, otro repite la receta del “dólar en conserva” ambos tan falsos como ellos, sabemos como termina.
Uno roba recursos para comprar armas y jugar al pesado intimidando vecinos para rapiñar ventajas, el otro compra votos, dirigentes y empresarios con el mismo fin.
Como broche de oro de tanto éxito y solvencia, ambos se hacen banqueros, para financiar a las pobres y desordenadas republiquetas de sudamérica. Por primera vez en la historia el Banco de los Ladrones para clientes pobres.
¿Socialistas, progresistas?Reproducción art. de la Vanguardia de Cataluña ¿Algún parecido? El camino está señalizado ¿es posible perderse?
¿Socialistas, progresistas?Reproducción art. de la Vanguardia de Cataluña ¿Algún parecido? El camino está señalizado ¿es posible perderse?
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