septiembre 18, 2006

China

Desde tiempo inmemorial periódicamente llegan noticias de aquella tierra. Como siempre son los mercaderes que llevan y traen dimes y diretes. Han reemplazado el lomo de camello por confortables jet. Tampoco pasan por Persia, que dicen que en su fiebre de cobrar peaje impidió por siglos que oriente y occidente entrar en contacto directo. Nunca hubo mejor negocio que ser intermediario.
Invariablemente llegan deslumbrados, contando maravillas y es natural, imagino a un comerciante viendo mercados, no con cientos sino con millones de clientes, una visión casi comparable a la de un místico ante el ser supremo. Sólo ven compradores y capacidad de consumo.
¿Que sabemos de China? En verdad poco y nada, todo son fantasías y leyendas, lo Chino parece sinónimo de milenario y paciente. Si Túbal nieto de Noé caminó los montes y valles de Bizkaia y de el descienden vascos, cántabros y castellanos, no hay nada que envidiarles. Pacientes parece otra de sus características, tampoco asombra, no es una virtud oriental; siendo tantos esperar es un hábito inveterado, siempre hay multitudes por delante.
¿Como funciona y crece china? Como lo hizo siempre, con el esfuerzo y la vida de millones de esclavos, que producen y no consumen, tal como construyeron la gran muralla.
Simplemente asumieron que con el descalabro del socialismo no iban a ninguna parte y sin cambiar un ápice de la idea les dieron a los esclavos una papeleta de dueños de empresas, que continúa dirigiendo el Estado, fijando cupos y metas, estableciendo donde se compra y a quien se vende. Hay bares y teatros, hasta es posible ir a un Mc Donald’s, seleccionar una amplia oferta de vinos de California, Australia, Francia, Chile o Argentina.
Se ven modernas ciudades con torres y edificios, puentes y represas, el mismo tránsito infernal de cualquier capital de Europa o América.
¿A que aislarse de occidente? Si en el camino de la utopía marxista estamos mucho más avanzados; sin aflojar la presión de la bota, es conveniente una dosis de relativismo, “viva la pepa y la joda” Si los chinos algún día se retoban, estarán bien anestesiados.
Convengamos para no confundirnos, que no son simios, también son humanos, ¿ Por que asombrarse?
No se ven esos pobres menesterosos que tan mala imagen dan en nuestras ciudades. No se los ve, no porque no existan por las exitosas políticas sociales y económicas, simplemente están prohibidos, fuera del sistema.
No hay huelgas, marchas de protesta ni conflictos estudiantiles, es simple, los números no se quejan y eso es lo que son, por ahora.
El peor proyecto si se aplica sin escrúpulos ni respeto es un éxito económico.
En el mundo empresario, intelectual y culturoso de occidente el que no haya viajado a China no existe, con Hong Kong no alcanza, es menester tener un representante u oficinas en Shangai o Pekín. Admirar, reverenciar y difundir el exitoso nuevo camino de la construcción del comunismo, ese que de acuerdo a la vieja praxis, resuelve la falsa contradicción de socialismo y capitalismo.
Quien puede dudar si se ve y se toca y por añadidura llena los bolsillos.
La moderna ciencia y filosofía enseñan que lo que no se ve no existe, ojos que no ven, corazón que no siente.
¡Adelante con los farolitos chinos, el dragón siempre espera, es paciente!

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