Desde tiempo inmemorial periódicamente llegan noticias de aquella tierra. Como siempre son los mercaderes que llevan y traen dimes y diretes. Han reemplazado el lomo de camello por confortables jet. Tampoco pasan por Persia, que dicen que en su fiebre de cobrar peaje impidió por siglos que oriente y occidente entrar en contacto directo. Nunca hubo mejor negocio que ser intermediario.
Invariablemente llegan deslumbrados, contando maravillas y es natural, imagino a un comerciante viendo mercados, no con cientos sino con millones de clientes, una visión casi comparable a la de un místico ante el ser supremo. Sólo ven compradores y capacidad de consumo.
¿Que sabemos de China? En verdad poco y nada, todo son fantasías y leyendas, lo Chino parece sinónimo de milenario y paciente. Si Túbal nieto de Noé caminó los montes y valles de Bizkaia y de el descienden vascos, cántabros y castellanos, no hay nada que envidiarles. Pacientes parece otra de sus características, tampoco asombra, no es una virtud oriental; siendo tantos esperar es un hábito inveterado, siempre hay multitudes por delante.
¿Como funciona y crece china? Como lo hizo siempre, con el esfuerzo y la vida de millones de esclavos, que producen y no consumen, tal como construyeron la gran muralla.
Simplemente asumieron que con el descalabro del socialismo no iban a ninguna parte y sin cambiar un ápice de la idea les dieron a los esclavos una papeleta de dueños de empresas, que continúa dirigiendo el Estado, fijando cupos y metas, estableciendo donde se compra y a quien se vende. Hay bares y teatros, hasta es posible ir a un Mc Donald’s, seleccionar una amplia oferta de vinos de California, Australia, Francia, Chile o Argentina.
Se ven modernas ciudades con torres y edificios, puentes y represas, el mismo tránsito infernal de cualquier capital de Europa o América.
¿A que aislarse de occidente? Si en el camino de la utopía marxista estamos mucho más avanzados; sin aflojar la presión de la bota, es conveniente una dosis de relativismo, “viva la pepa y la joda” Si los chinos algún día se retoban, estarán bien anestesiados.
Convengamos para no confundirnos, que no son simios, también son humanos, ¿ Por que asombrarse?
No se ven esos pobres menesterosos que tan mala imagen dan en nuestras ciudades. No se los ve, no porque no existan por las exitosas políticas sociales y económicas, simplemente están prohibidos, fuera del sistema.
No hay huelgas, marchas de protesta ni conflictos estudiantiles, es simple, los números no se quejan y eso es lo que son, por ahora.
El peor proyecto si se aplica sin escrúpulos ni respeto es un éxito económico.
En el mundo empresario, intelectual y culturoso de occidente el que no haya viajado a China no existe, con Hong Kong no alcanza, es menester tener un representante u oficinas en Shangai o Pekín. Admirar, reverenciar y difundir el exitoso nuevo camino de la construcción del comunismo, ese que de acuerdo a la vieja praxis, resuelve la falsa contradicción de socialismo y capitalismo.
Quien puede dudar si se ve y se toca y por añadidura llena los bolsillos.
La moderna ciencia y filosofía enseñan que lo que no se ve no existe, ojos que no ven, corazón que no siente.
¡Adelante con los farolitos chinos, el dragón siempre espera, es paciente!
Invariablemente llegan deslumbrados, contando maravillas y es natural, imagino a un comerciante viendo mercados, no con cientos sino con millones de clientes, una visión casi comparable a la de un místico ante el ser supremo. Sólo ven compradores y capacidad de consumo.
¿Que sabemos de China? En verdad poco y nada, todo son fantasías y leyendas, lo Chino parece sinónimo de milenario y paciente. Si Túbal nieto de Noé caminó los montes y valles de Bizkaia y de el descienden vascos, cántabros y castellanos, no hay nada que envidiarles. Pacientes parece otra de sus características, tampoco asombra, no es una virtud oriental; siendo tantos esperar es un hábito inveterado, siempre hay multitudes por delante.
¿Como funciona y crece china? Como lo hizo siempre, con el esfuerzo y la vida de millones de esclavos, que producen y no consumen, tal como construyeron la gran muralla.
Simplemente asumieron que con el descalabro del socialismo no iban a ninguna parte y sin cambiar un ápice de la idea les dieron a los esclavos una papeleta de dueños de empresas, que continúa dirigiendo el Estado, fijando cupos y metas, estableciendo donde se compra y a quien se vende. Hay bares y teatros, hasta es posible ir a un Mc Donald’s, seleccionar una amplia oferta de vinos de California, Australia, Francia, Chile o Argentina.
Se ven modernas ciudades con torres y edificios, puentes y represas, el mismo tránsito infernal de cualquier capital de Europa o América.
¿A que aislarse de occidente? Si en el camino de la utopía marxista estamos mucho más avanzados; sin aflojar la presión de la bota, es conveniente una dosis de relativismo, “viva la pepa y la joda” Si los chinos algún día se retoban, estarán bien anestesiados.
Convengamos para no confundirnos, que no son simios, también son humanos, ¿ Por que asombrarse?
No se ven esos pobres menesterosos que tan mala imagen dan en nuestras ciudades. No se los ve, no porque no existan por las exitosas políticas sociales y económicas, simplemente están prohibidos, fuera del sistema.
No hay huelgas, marchas de protesta ni conflictos estudiantiles, es simple, los números no se quejan y eso es lo que son, por ahora.
El peor proyecto si se aplica sin escrúpulos ni respeto es un éxito económico.
En el mundo empresario, intelectual y culturoso de occidente el que no haya viajado a China no existe, con Hong Kong no alcanza, es menester tener un representante u oficinas en Shangai o Pekín. Admirar, reverenciar y difundir el exitoso nuevo camino de la construcción del comunismo, ese que de acuerdo a la vieja praxis, resuelve la falsa contradicción de socialismo y capitalismo.
Quien puede dudar si se ve y se toca y por añadidura llena los bolsillos.
La moderna ciencia y filosofía enseñan que lo que no se ve no existe, ojos que no ven, corazón que no siente.
¡Adelante con los farolitos chinos, el dragón siempre espera, es paciente!
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