Si se repiten e instalan mentiras como verdades absolutas ¿Por qué me voy a privar de decir mis verdades? Al menos para darme el gusto de leerlas. A mi sirven todos los días, quizás a otro también.
En la Argentina se dice que no hay oposición, ¿por qué sorprenderse si tampoco hay gobierno? Es una dictadura que hace y deshace, está en ésta vereda y en la de enfrente. Si gana la oposición a algo que no existe, ¿qué queda?
Aparecen iluminados que proponen ”sumar” no importa a quien, la cuestión parece ser una gran manada.
Es imposible por mucho empeño que se ponga, llegar a uno sumando ceros.
¿Para que oposición? Lo que falta es otra idea, otra forma de ver las cosas y otra forma de hacerlas, no necesariamente tiene que ser opuesta basta con que sea distinta y mejor. Si el que está obra mal, el opuesto del mal no es el bien. Mal es ausencia del bien, no su contrario. Si no comenzamos por pararnos en la tierra será difícil caminar y sobre todo llegar algún lado.
Lo de frentes y alianzas contra algo tiene un fuerte sonido a la vieja praxis marxista. Está lleno de impensados personajes que sin saberlo ni pensarlo lo son hasta la médula, como los ateos militantes que comulgan, van a misa y hasta dicen que creen en Dios, pero viven, piensan y actúan como si Dios no existiera.
No es posible ordenar el caos sin suprimir a los que desparraman. Las leyes y normas vienen después, nunca antes.
La ingenuidad y el voluntarismo de muchos quizás bien intencionados nos han traído donde estamos, por eso hace tiempo que se dijo que el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones.
La honestidad es fundamental pero sólo sirve para los procedimientos, para construir algo se necesitan materiales o ideas y en un gobernante o aspirante a serlo, una muy clara visión del pasado del presente y del futuro. Nadie se encomienda a la guía de un ciego. Quien no distingue confunde y el que confunde engaña y esto aunque no robe, ya no es honesto.
Hay una legitimidad de origen que solo sirve para acceder al poder y otra más trascendente que es la del ejercicio del mismo en orden al bien común. Aquello de dar un cheque en blanco por un tiempo, es una de las más peligrosas fantasías que se han instalado. Pasó el de “síganme” y pasará el del “nuevo país” No fueron más que perdices de vuelo rasante, destruyeron para parecer que hacían dejando montañas de escombros.
No son inventos caprichosos está todo a la vista. Los aliados de hoy contra algo, siempre serán enemigos mañana cuando desaparezca la contra que presuntamente los unía.
“La legitimidad de origen” no sirve ni a los “demócratas”, ahí están los ejemplos: Irán, Palestina y Haití. La legitimidad de ejercicio es una risa, el poder se ejerce únicamente para perpetuarse: Chávez lo proyecta indefinido, en Argentina, democracia familiar vitalicia. Con otros hoy no me meto, cada uno sabe dónde le aprieta el zapato.
Me siento feliz pensando que lo voy a leer mañana.
En la Argentina se dice que no hay oposición, ¿por qué sorprenderse si tampoco hay gobierno? Es una dictadura que hace y deshace, está en ésta vereda y en la de enfrente. Si gana la oposición a algo que no existe, ¿qué queda?
Aparecen iluminados que proponen ”sumar” no importa a quien, la cuestión parece ser una gran manada.
Es imposible por mucho empeño que se ponga, llegar a uno sumando ceros.
¿Para que oposición? Lo que falta es otra idea, otra forma de ver las cosas y otra forma de hacerlas, no necesariamente tiene que ser opuesta basta con que sea distinta y mejor. Si el que está obra mal, el opuesto del mal no es el bien. Mal es ausencia del bien, no su contrario. Si no comenzamos por pararnos en la tierra será difícil caminar y sobre todo llegar algún lado.
Lo de frentes y alianzas contra algo tiene un fuerte sonido a la vieja praxis marxista. Está lleno de impensados personajes que sin saberlo ni pensarlo lo son hasta la médula, como los ateos militantes que comulgan, van a misa y hasta dicen que creen en Dios, pero viven, piensan y actúan como si Dios no existiera.
No es posible ordenar el caos sin suprimir a los que desparraman. Las leyes y normas vienen después, nunca antes.
La ingenuidad y el voluntarismo de muchos quizás bien intencionados nos han traído donde estamos, por eso hace tiempo que se dijo que el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones.
La honestidad es fundamental pero sólo sirve para los procedimientos, para construir algo se necesitan materiales o ideas y en un gobernante o aspirante a serlo, una muy clara visión del pasado del presente y del futuro. Nadie se encomienda a la guía de un ciego. Quien no distingue confunde y el que confunde engaña y esto aunque no robe, ya no es honesto.
Hay una legitimidad de origen que solo sirve para acceder al poder y otra más trascendente que es la del ejercicio del mismo en orden al bien común. Aquello de dar un cheque en blanco por un tiempo, es una de las más peligrosas fantasías que se han instalado. Pasó el de “síganme” y pasará el del “nuevo país” No fueron más que perdices de vuelo rasante, destruyeron para parecer que hacían dejando montañas de escombros.
No son inventos caprichosos está todo a la vista. Los aliados de hoy contra algo, siempre serán enemigos mañana cuando desaparezca la contra que presuntamente los unía.
“La legitimidad de origen” no sirve ni a los “demócratas”, ahí están los ejemplos: Irán, Palestina y Haití. La legitimidad de ejercicio es una risa, el poder se ejerce únicamente para perpetuarse: Chávez lo proyecta indefinido, en Argentina, democracia familiar vitalicia. Con otros hoy no me meto, cada uno sabe dónde le aprieta el zapato.
Me siento feliz pensando que lo voy a leer mañana.
1 comentario:
Muy bueno, ayuda a seguir flotando en este mundo. Gracias
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