Es una creciente y casi avasalladora tendencia de la literatura. Pretende reescribir la historia reduciendo a los héroes y personajes históricos a una dimensión “humana”. Se los humaniza demostrando que tenían todos los vicios y defectos. No eran dioses ¿alguien lo creyó alguna vez, aparte de los griegos?
El objetivo no es simplemente desmitificar a fulano o mengano, es destruir aquellos valores que tenían o con los que se los revistió: heroísmo, desinterés, valor, poner la fe el ideal o las convicciones por delante de la propia vida.
En la realidad se trata es una fantástica operación ideológica tendiente a demoler referentes y modelos, vaciar contenidos para poner los nuevos, forma parte de la acción de los iconoclastas. Paralelamente se proponen nuevos modelos de vida; deportistas, cantantes y estrellitas mediáticas más acordes con los nuevos valores de la masa: la ignorancia supina y la amoralidad absoluta, la ley del menor esfuerzo. Se proclama el “amor” como justificante de todo. El sexo es casi el tema excluyente en las noticias, en la moda, en la publicidad y hasta en la comida en una sociedad cada vez más asexuada. El permanente sobrestímulo del “Eros” lo demuestra. Es necesario incrementar el estímulo en la medida que desaparece la sensibilidad. Ocurre con las drogas, con el sonido y con todos los sentidos. Hay que ser humano en la más deshumanizada de todas las civilizaciones que han sido ¿A que se le llama ser humano? Parece que a no sufrir, no exponerse al dolor, no envejecer y hasta no morir, paradójicamente las más constantes de las consecuencias de ser humano.No es sorpresa, todo se lo veía venir, lo que si sorprende es la velocidad con que vienen los cambios, ya parece una bola de nieve cada vez más grande y más rápida y cuando eso sucede dicen que la única posibilidad es subir no bajar, tómelo en sentido figurado o textual.
El objetivo no es simplemente desmitificar a fulano o mengano, es destruir aquellos valores que tenían o con los que se los revistió: heroísmo, desinterés, valor, poner la fe el ideal o las convicciones por delante de la propia vida.
En la realidad se trata es una fantástica operación ideológica tendiente a demoler referentes y modelos, vaciar contenidos para poner los nuevos, forma parte de la acción de los iconoclastas. Paralelamente se proponen nuevos modelos de vida; deportistas, cantantes y estrellitas mediáticas más acordes con los nuevos valores de la masa: la ignorancia supina y la amoralidad absoluta, la ley del menor esfuerzo. Se proclama el “amor” como justificante de todo. El sexo es casi el tema excluyente en las noticias, en la moda, en la publicidad y hasta en la comida en una sociedad cada vez más asexuada. El permanente sobrestímulo del “Eros” lo demuestra. Es necesario incrementar el estímulo en la medida que desaparece la sensibilidad. Ocurre con las drogas, con el sonido y con todos los sentidos. Hay que ser humano en la más deshumanizada de todas las civilizaciones que han sido ¿A que se le llama ser humano? Parece que a no sufrir, no exponerse al dolor, no envejecer y hasta no morir, paradójicamente las más constantes de las consecuencias de ser humano.No es sorpresa, todo se lo veía venir, lo que si sorprende es la velocidad con que vienen los cambios, ya parece una bola de nieve cada vez más grande y más rápida y cuando eso sucede dicen que la única posibilidad es subir no bajar, tómelo en sentido figurado o textual.
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