¿Se justifica tanta información contradictoria? Glaciación o calentamiento global, cada una tiene sus partidarios y detractores y cada una señala distintos culpables ¿de que sirve?
A Aristóteles se le atribuye haber dicho que si algo tenía solución no había que preocuparse y si no la tenía tampoco. Si es cierto, como de costumbre tenía razón.
Pensemos simplemente que si viene una era glacial ya no podremos cazar búfalos o bisontes para abrigarnos con las pieles, no se podrán cortar árboles para tener reservas de leña y si es el calentamiento, no habrá aire acondicionado ni ventiladores, el mundo moderno habitado esta construido y diseñado para consumir energía. ¿Un fueguito en el departamento? Olvídese, ¿Comida? en esas condiciones únicamente “buffet froid”.
La única previsión es enseñarle al “chiquitaje” los secretos de la cultura cro-magnon.
Nadie sabe lo que viene así habrá que amañarse cuando llegue. Decían que no se puede hacer la tortilla antes de romper los huevos y es cierto, así que ha no preocuparse, si viene va ha llegar y entonces como siempre se encontrará la manera de seguir viviendo. Si hay algo a lo que temer y de lo cual prevenirse es de los hombres. La naturaleza no nos asusta, no está contra nosotros, a duras penas nos soporta, también tiene que vivir hasta que le digan basta y para poder hacerlo necesita su equilibrio.
Desde el principio sobrevivimos a todo; meteoritos, volcanes, terremotos, sequías extremas, un diluvio, pestes y plagas de toda clase y aquí estamos, todavía no era el tiempo.
Pensemos un poco en tantas anunciadas catástrofes, nadie ha podido determinar cuantas especies animales se han extinguido, se las registra únicamente de acuerdo a la obsoleta teoría evolucionista, como especies que no se adaptaron. Han pasado eras glaciales, tremendas sequías y cambios climáticos que determinaron las grandes migraciones humanas en tiempos que no había liberación a la atmósfera de gases causantes de este efecto invernadero, se han encontrado fósiles marinos en lo alto de cordilleras y montes, el subsuelo de Paris era el fondo del mar y así hasta el infinito, pasó, pasa y seguirá pasando. Quizás nuestra mano depredadora solo sirve para acortar los ciclos y acelerar los cambios, nuestro mundo nunca fue estable, como no lo es nada que esté vivo. Grave sería que no se moviera ni respirara. Hoy mismo hay hombres que habitan en los polos y en el Sahara, en las estepas de Asia, en los montes del Cáucaso, en cuevas de Afganistán, en suntuosos pisos de Paris, Londres o Nueva York y todos viven, nacen, se reproducen y mueren como siempre. Unos bajo las ruedas de un auto, otros por disentería o alguna peste, el resultado es el mismo. La preocupación parece estar más en no perder las comodidades, y si es así, usémosla mientras existan ¿Para que nos sirven bienes definitivos si somos pasajeros?
A Aristóteles se le atribuye haber dicho que si algo tenía solución no había que preocuparse y si no la tenía tampoco. Si es cierto, como de costumbre tenía razón.
Pensemos simplemente que si viene una era glacial ya no podremos cazar búfalos o bisontes para abrigarnos con las pieles, no se podrán cortar árboles para tener reservas de leña y si es el calentamiento, no habrá aire acondicionado ni ventiladores, el mundo moderno habitado esta construido y diseñado para consumir energía. ¿Un fueguito en el departamento? Olvídese, ¿Comida? en esas condiciones únicamente “buffet froid”.
La única previsión es enseñarle al “chiquitaje” los secretos de la cultura cro-magnon.
Nadie sabe lo que viene así habrá que amañarse cuando llegue. Decían que no se puede hacer la tortilla antes de romper los huevos y es cierto, así que ha no preocuparse, si viene va ha llegar y entonces como siempre se encontrará la manera de seguir viviendo. Si hay algo a lo que temer y de lo cual prevenirse es de los hombres. La naturaleza no nos asusta, no está contra nosotros, a duras penas nos soporta, también tiene que vivir hasta que le digan basta y para poder hacerlo necesita su equilibrio.
Desde el principio sobrevivimos a todo; meteoritos, volcanes, terremotos, sequías extremas, un diluvio, pestes y plagas de toda clase y aquí estamos, todavía no era el tiempo.
Pensemos un poco en tantas anunciadas catástrofes, nadie ha podido determinar cuantas especies animales se han extinguido, se las registra únicamente de acuerdo a la obsoleta teoría evolucionista, como especies que no se adaptaron. Han pasado eras glaciales, tremendas sequías y cambios climáticos que determinaron las grandes migraciones humanas en tiempos que no había liberación a la atmósfera de gases causantes de este efecto invernadero, se han encontrado fósiles marinos en lo alto de cordilleras y montes, el subsuelo de Paris era el fondo del mar y así hasta el infinito, pasó, pasa y seguirá pasando. Quizás nuestra mano depredadora solo sirve para acortar los ciclos y acelerar los cambios, nuestro mundo nunca fue estable, como no lo es nada que esté vivo. Grave sería que no se moviera ni respirara. Hoy mismo hay hombres que habitan en los polos y en el Sahara, en las estepas de Asia, en los montes del Cáucaso, en cuevas de Afganistán, en suntuosos pisos de Paris, Londres o Nueva York y todos viven, nacen, se reproducen y mueren como siempre. Unos bajo las ruedas de un auto, otros por disentería o alguna peste, el resultado es el mismo. La preocupación parece estar más en no perder las comodidades, y si es así, usémosla mientras existan ¿Para que nos sirven bienes definitivos si somos pasajeros?
No hay comentarios:
Publicar un comentario