En un mundo planificado económica y culturalmente para los jóvenes, los resultados llevan a que éstos se extingan; en el otro extremo la protección a los mayores los saca de circulación y los condena progresivamente al desvalimiento y la dependencia del asistencialismo de los estados.
Los ajustados planes de retiro, jubilaciones, pensiones y beneficios, que hace unos años comenzaron a hacer agua en los países más desarrollados y previsores, basados en la pirámide poblacional, una amplia base capaz de financiar a un pequeño vértice, se desplomaron por la inversión de la pirámide, la “civilización” se comió a las nuevas generaciones y el desarrollo tecnológico a los puestos de trabajo. Se olvidaron cargar estas variables; que pongámoslo en claro, no son graciosas dádivas, sino la restitución de los aportes hechos en toda una vida de trabajo.¿El plan? Estafa + demagogia sensiblera.
Los “viejos” de 50 años, presionados por el ascenso de los “jóvenes” de 40 comienzan a experimentar que los “dinosaurios” no se han extinguido, viven y no se van.
Pasó la “nueva ola” que arrasó con lo antiguo porque siendo viejo era malo y viene otra que descubre que el valor de la experiencia es el necesario límite a la juvenil improvisación y creatividad.
Como siempre se tropieza con la misma piedra, no se aceptará que el mundo está bien hecho. El único plan es ajustarnos al entorno en el que vivimos. No es necesario cambiarlo.
Con el péndulo, ahora en el otro extremo, los expertos comenzaran a planificar en sentido inverso con los mismos pésimos resultados.
Los jóvenes inexpertos serán reemplazados por veteranos anquilosados; nunca se aprende que la cuestión no es cambiar una cosa por la otra sino sumar e integrar, cada uno en su lugar y en su tiempo. La gran diferencia entre “Evolución y Revolución”.
Este progreso lleva indefectiblemente a la guerra de todos contra todos: unos para mantenerse y otros para hacerse lugar; jóvenes y viejos; ricos y pobres; trabajadores y desempleados; primitivos y evolucionados; los del norte y los del sur; occidentales y orientales; izquierdas y derechas; varones y mujeres. Que no son opuestos, son partes de un todo, fragmentado en falsas contradicciones. Cada año son más los que disputan y se enfrentan por menos cosas. ¿civilización?, ¿progreso? ¿hacia dónde?
Piénselo y bájese del carro cargado de planes y proyectos, no va a ningún lado mejor que éste, que no será el paraíso pero al menos existe y hace tiempo que dura.
Los ajustados planes de retiro, jubilaciones, pensiones y beneficios, que hace unos años comenzaron a hacer agua en los países más desarrollados y previsores, basados en la pirámide poblacional, una amplia base capaz de financiar a un pequeño vértice, se desplomaron por la inversión de la pirámide, la “civilización” se comió a las nuevas generaciones y el desarrollo tecnológico a los puestos de trabajo. Se olvidaron cargar estas variables; que pongámoslo en claro, no son graciosas dádivas, sino la restitución de los aportes hechos en toda una vida de trabajo.¿El plan? Estafa + demagogia sensiblera.
Los “viejos” de 50 años, presionados por el ascenso de los “jóvenes” de 40 comienzan a experimentar que los “dinosaurios” no se han extinguido, viven y no se van.
Pasó la “nueva ola” que arrasó con lo antiguo porque siendo viejo era malo y viene otra que descubre que el valor de la experiencia es el necesario límite a la juvenil improvisación y creatividad.
Como siempre se tropieza con la misma piedra, no se aceptará que el mundo está bien hecho. El único plan es ajustarnos al entorno en el que vivimos. No es necesario cambiarlo.
Con el péndulo, ahora en el otro extremo, los expertos comenzaran a planificar en sentido inverso con los mismos pésimos resultados.
Los jóvenes inexpertos serán reemplazados por veteranos anquilosados; nunca se aprende que la cuestión no es cambiar una cosa por la otra sino sumar e integrar, cada uno en su lugar y en su tiempo. La gran diferencia entre “Evolución y Revolución”.
Este progreso lleva indefectiblemente a la guerra de todos contra todos: unos para mantenerse y otros para hacerse lugar; jóvenes y viejos; ricos y pobres; trabajadores y desempleados; primitivos y evolucionados; los del norte y los del sur; occidentales y orientales; izquierdas y derechas; varones y mujeres. Que no son opuestos, son partes de un todo, fragmentado en falsas contradicciones. Cada año son más los que disputan y se enfrentan por menos cosas. ¿civilización?, ¿progreso? ¿hacia dónde?
Piénselo y bájese del carro cargado de planes y proyectos, no va a ningún lado mejor que éste, que no será el paraíso pero al menos existe y hace tiempo que dura.
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