octubre 26, 2005

Más sobre idioma y enseñanza

Me ha sorprendido la repercusión que alcanzó el artículo publicado ayer sobre el idioma, que no tuvo comentarios para su inclusión en la página, pero produjo un verdadero aluvión de llamados telefónicos y comentarios a la dirección “gmail” de correo electrónico.
Tres líneas fueron particularmente acentuadas en los comentarios recibidos; una referida a una palabrita muy de moda y de uso habitual “catering”; otra a la falla de raíz en la instrucción que se imparte, “enseñan los que no saben” con ejemplos inclusive de correcciones de exámenes que a 24 hs. todavía no he podido digerir dada la calidad y cantidad de horrores de todo tipo. Desde una caligrafía ilegible a una ortografía y sintaxis que demuestran que maestras y profesores, frecuentemente no llegan al nivel intelectual que los médicos reservamos para definir a los idiotas.
Esta tercera línea de argumentos me supera, no está en mis medios encontrarle remedio, quizás requiera una postura firme, intransigente y coordinada de los padres para evitar la represalia de los ignorantes con título a sus hijos.
Será un paso más en el desprestigio y falta de autoridad de los docentes ante sus educandos, pero al menos salvará el prestigio y la autoridad de los padres ante sus hijos, valor a preservar infinitamente mayor.
Volviendo al “catering”, término inglés que se emplea para referirse a los servicios gastronómicos que acompañan o son el “leit motiv” de reuniones, fiestas etc, no se ve cual es el beneficio que tiene sobre "servicio", o el francés “buffet” aceptado por todos y de largo uso y tradición entre nosotros. No se trata de una xenofobia idiomática. Son miles las palabras que el castellano asimiló de otras lenguas pero todas entraron por abajo, fueron unánimemente aceptadas y adoptadas. Ningún hispanohablante que no domine el ingles puede aceptar esta palabra que no le dice nada ni puede encontrarle filiación posible, por ello entra por arriba, saltando el cerco, de la mano de los sectores de mayor educación y por lo visto de menor vergüenza. No se explica de otra manera que desprecien y se avergüencen de lo propio para admirar lo ajeno. Una cosa es mechar un término o una expresión y muy otra es usarla para todo servicio. Existe otro sector, muy vinculado al anterior: los traductores, los que hacen doblajes en cine y TV junto a los increíblemente llamados “creativos publicitarios” que constituyen el más feroz grupo de depredadores del idioma. Cuanto más avanzo en el tema, más me convenzo que es de nunca acabar por eso voy a acotar la cuestión, aún cuando no pueda evitar una referencia muy reciente: las transmisiones que siguieron a la clausura de las elecciones.
Todo el periodismo sin excepción repitiendo lo de “bunker” para referirse a los locales, (casas u hoteles) en los que se centraliza la información, coordinación y dirección de las campañas electorales y el escrutinio provisorio. Ninguno de ellos posee muros de concreto, está artillado o es subterráneo. Sorprende asimismo conociendo la orientación ideológica de los mismos, que hayan podido sobrevivir a la utilización de un término de raíz definidamente alemana y militar, una demostración más que acá es todo pose y la tilinguería supera a las ideologías. Junto a “bunker” nadie se privó de referirse a “la madre de las batallas” ¿Podrá ser tan difícil que los canales de TV implementen para su personal un somero examen de originalidad?.
Para cerrar el tema vuelvo sobre el promocionado “catering”, que por lo visto en muchos debe haber producido una ingrata sorpresa: hubo catering en todos los bunker.
Muchos al enterarse habrán pensado en delicados saladitos y otras exquisiteces bien regadas como para hacer más llevadera la interminable espera de resultados electorales. Otros más veteranos en estas lides, no habrán llevado su imaginación famélica más allá de unos triples de jamón y queso y algunas porciones de pizza. Salvo un solo caso, el del vencedor en la Capital que demostró su capacidad de gestión con un servicio de categoría, los otros pueden ser excusados; unos porque no perdieron oportunidad de señalarse como los cartoneros de la política y los oficialistas que ya se sabe que son rara gente común, en un país dónde hasta el más común sabe lo que es bueno.
Señores, llamar catering a unas docenas de empanadas con agua mineral es una falta absoluta de respeto al idioma y a los invitados. No hace falta tanto idioma extranjero y tanta cultura para referirse a una riquísima “picada”. No hay nada peor que los “piojos resucitados” y vivimos en una tierra llena de ellos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

La educcion un tema del que todos hablan y nadie dice la verdad.Siga adelante

Anónimo dijo...

La educcion un tema del que todos hablan y nadie dice la verdad.Siga adelante

Anónimo dijo...

¿Hubo alguna vez una Argentina donde los políticos fuesen serios, los maestros supieran algo o las instituciones funcionaran? Yo creo que no, y desde la distancia lo confirmo. Como dice una canción "No hay nada más triste que añorar lo que nuca jamás sucedió"

Anónimo dijo...

Si señor,la que tuvo el más alto nivel de instrucción del mundo,la ue recibió a todos los hijos de una Europa destrozada,la que ganó todas las guerras y no se anexionó ni un mt.2,hasta que fue arrasada por las hordas peronistas.

Anónimo dijo...

Yo creo lo mismo que Juan. Sin ánimo de ofender, el que cree que alguna vez en la Argentina se brindó la mejor educación de mundo, o vive en un frasco o los muros de su exclusivo colegio privado le impedían ver la realidad.
Alguien puede creer seriamente que alguna vez se brindó la mejor enseñanza del mundo en San Miguel de Coslara por ejemplo? o En Resistencia? La Argentina no es solo Buenos Aires y aún así Buenos Aires jamás tuvo una educación extraordinaria. Lo que pasa es que en éste país se vive de estupideces. De mitos inexistentes. Todo se magnifica y nada tiene su dimensión real. Siene un cargo importante en la NASA, asumimos que tenemos un nivel tan bueno que podemos llegar a cualquier lugar.
Que gerras ganamos?? Que yo recuerde la guerra de la triple alianza no cuenta y la de las malvinas ni hablemos. Si no nos anexionamos nada (cosa que es discutible) yu pro falta de oportunidades no de intención. La hordas peronistas son como las termitas, no dejan nada, pero también son en el reflejo de lo que somos. No se puede vivir de un pasado que no exisitió, eso tiene un nombre médico y no es presisamente nostalgia o memoria

Anónimo dijo...

¿Es una polémica entre usuarios o leen el artículo?