abril 29, 2014

TIRANOS, GRIEGOS, DEMAGOGOS Y POPULISTAS

Libros y más libros, insisto en el tema, hoy le toca a “el Tirano de Valerio Massimo Manfredi” ed. Grijalbo.
 Los griegos siempre me resultaron un misterio; pueblo extraño que no puede compararse a ninguno de su época, no nacieron de un repollo ni vinieron de otra galaxia. La pregunta acerca de su origen considerando sus características me carcomió durante años de muchas lecturas hoy descubro que estaba entre lineas de todo lo leído; fuesen estos griegos o los escritores que los promocionan y admiran.

 Los griegos se tenían a si mismo sin asomo de duda por descendientes de los dioses del Olimpo y el resto de los hombres que no podía o sabía citar a sus clásicos y disfrutar de su teatro eran bárbaros, seres sin alma poco menos que animales capaces de toda bestialidad, desde no diluir el vino con agua a comer con las mujeres; salvo en los simposios en que se admitían las hetairas, terreno prohibido para legítimas e hijas. Ha sido tradicional el desprecio de los griegos hacia todos los otros por considerarse superiores.

 Pirro coleccionó victorias y las transformó en catastrófica derrota por su desprecio a los Romanos y solo los Macedonios unos palurdos semibarbaros, helenos barbarizados o bárbaros helenizados, despreciados por los otros griegos derrotaron a los persas. 

Es mi opinión, puede y debe dudar de ella solo le aconsejo la lectura de un magnífico escritor de novelas históricas, viajante y consumado arqueólogo para más datos: El tirano, de Valerio Massimo Manfredi, que si bien se toma licencias literarias como el mismo aclara en el epílogo para mezclar nombres y tiempos en beneficio de los griegos. Novela histórica sobre Dionisio, el tirano de Siracusa, allí desfilaran griegos de las ciudades estado y de las colonias itálicas y de Sicilia, gente llana, aristócratas todos cortados por la misma tijera.

 Párrafo aparte para las compañías, el germen de todas las mafias con las que digitaban asambleas, una genial creación griega para neutralizar el gobierno de la democracia de mayoría de ignorantes que inventaron.
Un verdadero aviso antes de dar cada paso, se cae o siempre lleva al siguiente para equilibrarse.

 Verdaderamente sorprende comprobar como la historia ya vivió lo que descubrimos cada día. Los tiranos no nacen de una elección o un golpe afortunado los construyen día a día los obsecuentes.

 La rigidez de instituciones blindadas a todo cambio es el mayor defecto de la política, propio de minorías a las que solo preocupa su permanencia; no se nada en la tierra ni se camina en el mar, leyes y organización para tiempos de estabilidad y orden no sirven en las emergencias, crisis y guerras, ni hay calderas sin válvulas de seguridad.

 Para quien sepa leerlo y exprimirlo un verdadero tratado de política.

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