abril 15, 2014

A TAL SEÑOR, TAL HONOR




Chapeau a los chilenos sin personalizar en nadie.



Terremotos e incendios con todo controlado sin complejos de subordinar civiles a un comando militar que es un principio elemental en cualquier grave emergencia.

Un territorio, una cabeza que coordina y manda sin interferencias.
Hemos tenido y tendremoa cientos de diferencias y conflictos con los chilenos, algo natural entre vecinos y parientes, pero negar la evidencia es propio de necios.


No se vieron chalecos de partidos ni sindicatos.


De ocurrir en argentina, Dios no lo permita, habría miles de muertos, abandonados a su suerte y un país paralizado si fuera posible pararlo un poco más por años; mientras pelean si la ayuda debe tener el sello de Scioli, de la Campora, o de los Kirchner.


Es mezcla de admiración y sana envidia por el pueblo chileno, que ha varios días no ha recibido una frazada o un avión para luchar contra el fuego de argentina.

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