julio 20, 2013

AYER COMIMOS AFUERA, HOY TAMBIEN




Tengo por costumbre arar con los mismos bueyes, seguir mis hábitos probados y descartar las modas y novedades; si alguna vez quiero hacerlo asumo que como en el póker debo pagar por ver.

Reconozco que los restaurantes descriptos ayer por ingleses y españoles son como ir a comer a la casa de salteadores de caminos; de la mano del turismo vamos en camino, pero aún hay excepciones en esta tierra.

Hay tres clases de comensales, los que van a pasar un buen momento, los que van a impresionar a un amigo/a y los que van a mostrarse.

Solo los primeros, una ínfima minoría merecen el respeto de los dueños; los demás están de canje, esto por lo otro o como dice el aforismo ir por lana y volver trasquilado.

¿A que pagar lo que no vale solo por probar o mostrarse?

Aún en los sitios que conozco hay detalles que no omito: nunca sentarse en medio del salón a la vista de todos, al fondo con una pared atrás o al costado de frente a la entrada y teniendo a la vista la caja y el corazón de la casa: la cocina, sus ruidos, movimientos y olores.

Si conoce el lugar y sus precios, descarte el menú o la carta y pida una entrada y un plato principal de carne, pescado o pasta con mínimas variante a lo conocido, es como poner un palito para que lo pise el enemigo si lo hay, cuando llegue la cuenta verá cuanto puede confiar en el patrón del lugar, si lo respeta como cliente conocido o usted cometió la imprudencia de revelarse como pollito para desplumar.

Nunca se apure por irse el fin de la comida debe ser el momento que la casa tenga una atención con usted, esa tubo de tinto que se quedó corto podrá ser la copa del estribo, un licor o lo que sea, solo hágales sentir que está muy cómodo y a gusto en el lugar.

¿Ir tarde o temprano? Depende cuanto conoce el lugar, tarde se arriesga a comer lo que otros dejaron, temprano se arriesga a tener que esperar, si su plato es complejo, cuando uno este reclamando el postre otro recién empezará a comer y eso no da gusto a nadie.

Si hay una inteligencia debe haber contrainteligencia también, es solo cuestión de ser observador y pensar.

Busque a su mozo conocido, no siempre estará en el mismo sector, el que le conoce mañas y debilidades, de lo contrario tendrá que pasarse la comida campeando al que le tocó para que le triga algo que le falta y mozo muy ocupado es sordo, ciego y mudo.

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