febrero 10, 2017

¿QUE HAGO, QUE DIGO, DONDE MIRO?

Hora difícil: duele enterarse, duele ignorar duele callar y hasta duele escribir. Saturación de más de lo mismo puede decirse. Personalmente no cambie, ni creo alegremente que SI SE PUEDE Quizás tomé conciencia que sin poder autoridad ni principios NO SE PUEDE Leyendo y reflexionando mucho he concluido que los “malos” son tan necesarios como los “buenos” eso si mantenidos a raya para que no mezcle la hacienda. Hace ya muchos años Plutarco dijo que la divinidad suscita hombres malvados para castigar a otros y luego destruirlos. De la misma manera han pasado multitudes de salvadores intérpretes de los inescrutables caminos de la Providencia señalando por allí o por acá; los que tienen línea directa con Dios, vistan uniformes, calpelos, sport elegante o desarrapados linyeras En este punto la pregunta que a todos desvela se impone ¿Qué hago para detenerlos? Porque no hay recursos físicos ni económicos para oponerse, algo que por otra parte siempre ocurrió. Entonces ocurren enfrentamientos o guerras donde los buenos terminan imitando los exitosos procedimientos de los malos, casi casi la historia de la buena pipa, la de nunca acabar. Apriete el tornillo del conocimiento que le dirá que el mal es la ausencia del bien, no existe por si mismo y viva cada segundo y cada instante haciendo el bien de mil maneras, gastos, palabras, miradas, el sacrificio de privarse de lo que quiere, para que otros reciban por vía de la gracia lo que necesitan, llene todo el espacio de bien, todo lo otro es gastar pólvora en chimangos, en cada rinconcito donde no campee el bien el mal aparece. Es lo que profundamente creo, por más que sea difícil decirlo y hacerlo, pero ¡vaya! Por honestidad intelectual no importa que cause risa debo sostenerlo. No se va llegando a ser mayor a fuerza de sacar hojas del almanaque algo va quedando en el fondo. Quizás a otro le sirva ¡Que le aproveche! Un eruto y a otra cosa

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