Los años de conflictos de las civilizaciones han dejado otras no menos ciertas. No se dejan heridos en la retaguardia, nadie le agradece al vencedor que lo invite y lo siente a su mesa; lo que unos tienen por noble será signo de debilidad y fuente de resentimiento para los otros.
La “gente,” esa que cree, confía y sabe que se puede, lo tiene muy en claro, no se engañan con las hipocresías del “toma y daca” esto por aquello; sabe que hay un tiempo para dialogar y otro para utilizar el bastón de mando con todo su peso.
El hay que pactar porque no tenemos mayoría es estrategia política de suicidas.
Algo huele mal en Dinamarca.
Una cosa es la paz y el estado de derecho y otra muy distinta es la crisis y emergencia, de la misma manera que no se camina en el mar ni se nada en la tierra.
Digo y recuerdo, no critico ni me opongo de puro retobado; todo a su debido tiempo, ese que no tienen ni tenemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario