Es un tema difícil porque toca creencias y convicciones, es grato a la demagogia barata y sensacionalista pero lo más importante es que cuestiona el sagrado derecho a la vida, el primero y más fuerte de nuestros instintos y por si fuera poco a todos nos puede tocar algún día. No conviene mirar para otra parte y hacerse el distraído.
Término creado por Francis Bacon, se refiere a una buena muerte, suave e indolora, ( del griego “eu”, bien y “Thánatos” muerte), con o sin consentimiento en relación a una intención supuestamente loable de escapar a un sufrimiento “innecesario” cuando ya no existe posibilidad de curación.
Debo aclarar que estoy siguiendo en lo citado, no sólo lo que creo, sino la autorizada opinión de mi maestro el Prof. Alfredo de Achával, titular por muchos años de la Cátedra de Medicina Legal de la Universidad de Bs. As, autoridad indiscutida en Argentina y el mundo.
La muerte es el segundo y más normal e ineludible episodio de nuestra vida, el primero es nacer. En realidad son dos nacimientos, primero a ésta vida y después a la otra.
Los fetos no tienen memoria, si la tuvieran y supieran todo lo que pasa alrededor, para ellos nacer sería morirse. Irse del seno materno protegido con alimentos seguros, sin problemas y salir a un mundo desconocido del que no se sabe nada, es sin duda LA MUERTE. El parto provocado o la cesárea, para el feto sería igual que una eutanasia.
Una muerte buena, sin penas ni sufrimientos físicos es un viejo ideal, antes se ”despenaba” a los moribundos en la guerra cuando no había auxilio ni tratamiento posible.
¿Que obligación tienen los médicos?, aliviar los sufrimientos y mantener la vida con procedimientos ordinarios sin olvidar que lo extraordinario hoy, será ordinario mañana. El médico no es el dueño ni el señor de la vida y la muerte, puede ser un benemérito hombre o un asesino de la peor especie, cobarde además, puede matar al que no se defiende ni puede hacerlo.
Tanto charlatán pseudo-científico se mete en esto, que se dan las situaciones más espantosamente contradictorias. La muerte cerebral o lo que la medicina académica califica de tal (electroencefalograma plano) no autorizaría a desconectar los sistemas que mantienen artificialmente (según los eruditos de hoy) la vida,
Pero nadie duda que con ése diagnóstico (¿?) es muy humano y solidario despanzurrarlo y quitarle todos los órganos para usarlos en un futuro transplante.
¿Quién le pone el cascabel al gato?
¿Hasta dónde llega la soberbia de profesionales, políticos y opinólogos para afirmar muy sueltos de cuerpo; -éste ya es fiambre?, -aquel está pidiendo pista “no se puede recuperar”.
Esto sigue, hasta pronto dioses .
Término creado por Francis Bacon, se refiere a una buena muerte, suave e indolora, ( del griego “eu”, bien y “Thánatos” muerte), con o sin consentimiento en relación a una intención supuestamente loable de escapar a un sufrimiento “innecesario” cuando ya no existe posibilidad de curación.
Debo aclarar que estoy siguiendo en lo citado, no sólo lo que creo, sino la autorizada opinión de mi maestro el Prof. Alfredo de Achával, titular por muchos años de la Cátedra de Medicina Legal de la Universidad de Bs. As, autoridad indiscutida en Argentina y el mundo.
La muerte es el segundo y más normal e ineludible episodio de nuestra vida, el primero es nacer. En realidad son dos nacimientos, primero a ésta vida y después a la otra.
Los fetos no tienen memoria, si la tuvieran y supieran todo lo que pasa alrededor, para ellos nacer sería morirse. Irse del seno materno protegido con alimentos seguros, sin problemas y salir a un mundo desconocido del que no se sabe nada, es sin duda LA MUERTE. El parto provocado o la cesárea, para el feto sería igual que una eutanasia.
Una muerte buena, sin penas ni sufrimientos físicos es un viejo ideal, antes se ”despenaba” a los moribundos en la guerra cuando no había auxilio ni tratamiento posible.
¿Que obligación tienen los médicos?, aliviar los sufrimientos y mantener la vida con procedimientos ordinarios sin olvidar que lo extraordinario hoy, será ordinario mañana. El médico no es el dueño ni el señor de la vida y la muerte, puede ser un benemérito hombre o un asesino de la peor especie, cobarde además, puede matar al que no se defiende ni puede hacerlo.
Tanto charlatán pseudo-científico se mete en esto, que se dan las situaciones más espantosamente contradictorias. La muerte cerebral o lo que la medicina académica califica de tal (electroencefalograma plano) no autorizaría a desconectar los sistemas que mantienen artificialmente (según los eruditos de hoy) la vida,
Pero nadie duda que con ése diagnóstico (¿?) es muy humano y solidario despanzurrarlo y quitarle todos los órganos para usarlos en un futuro transplante.
¿Quién le pone el cascabel al gato?
¿Hasta dónde llega la soberbia de profesionales, políticos y opinólogos para afirmar muy sueltos de cuerpo; -éste ya es fiambre?, -aquel está pidiendo pista “no se puede recuperar”.
Esto sigue, hasta pronto dioses .
ACLARACION: Nada de lo dicho en éste artículo o lo que se dirá en la 2º parte es aplicable al caso de la Sra. Terri Schiavo, eso no es Eutanasia, es asesinato con alevosía y premeditación, sevicias (tortura) graves, y abandono de personas, todo según parece seguido de muerte.
2 comentarios:
Claro y agudo,obliga a pensar,lo felicito
AGUANTE TERRI SCHIAVO
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