Que se debe respetar la muerte y preservar al finado de innecesarios escándalos es una cosa; a la que no cualquiera tiene acceso, pero cuando el titular reclama su ingreso a la página de policiales o la hace publica, sensacional e inocultable, es otra cosa, que exige información.
Que el hermano de Carlos Vladimiro Corach, el monje negro, casi un De Vido de Menem, se suicide públicamente a los 70 años de un disparo alrededor de las 12 hs. del mediodía, el martes 27 en plaza Francia a la vista de todo el mundo, no puede pasar desapercibido.
¿Enfermedad incurable, depresión por razones económica o familiares? basta decirlo y punto, a cualquiera le pasa, si se lo tapa herméticamente es otra cosa, se está encubriendo algo o a alguien.
Prensa gráfica, telediarios y radios sin excepción a partir de la primera escueta información bien disimulada la hicieron desaparecer, esperé dos días y nada, nadie habla escribe o plantea una pregunta.
Para mi gusto hay demasiados intereses contrapuestos para tanta coincidencia en una época en la que sobran suicidados, muertos dudosos, desaparecidos y mensajes mafiosos.
No tengo conexiones con Radio pasillo, pero se que quien se va sin que lo echen, él o su fantasma vuelven sin que los llamen y algo me dice que lo hará en el peor momento.
Casi simultáneamente un misterioso secuestro “Express”, de un importante empresario y su mujer, cuya seguridad y la de los suyos, desde los tiempos que se apoderó de la Caja Nacional de Ahorro Postal hace años, está en manos de seleccionados agentes privatizados del Mossad y el ejército israelí.
Que su custodio intercambie disparos con los secuestradores sin poder evitarlo, no haya heridos y termine ileso y libre, parece un cuento para nenes idiotas, que no piensan ni hacen preguntas.
Si le digo Arslanian, Gostanian el de la casa de la moneda, Eurnekian, Eskenazi, Wherthein, Timermann o amado Boudou, usted que es memorioso recuerda a Menem, sus aliados de la UCD, Kirchner y la pandilla del cercano oriente; armenios, turcos, sirios, libaneses, fenicios y judíos; dejemos a los persas de repuesto; que teniéndose mucha hambre nunca terminan de comerse, es su juego ancestral; hacer ruido en un lado para robar, matar y hacer sus porquerías en otro.
Parece que junto al derrumbe oficial hay un pase de facturas o una lucha por el poder entre los siempre aliados-enemigos.
La sucesión está que arde. Lo habíamos anticipado los idus de marzo venían con mucha sangre y crespones.
Terminado el artículo me topo con otro que roza la cuestión (link al pie) y no está demás conocer si se quieren descular los fantásticos hechos que despuntan, en este aparente todos contra todos, que en verdad solo es la misma mierda con distinto nombre, aca no hay ideología, son todos mercaderes, se pelea por una feta de poder, el poder es impunidad y llena la propia bolsa.
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