MUERTA LA PERRA, NO TERMINA LA RABIA

No hay políticas económicas, internacionales políticas o comerciales, agropecuarias, industriales, o de seguridad.
Nadie se ocupa de otra cosa que de los titulares y la provista diaria, casi una reiterada película salvando abismales diferencias que ya hemos visto. Marcha atrás con una tarjeta SUBE personal por cabeza para pagar el transporte, después de obligar a los usuarios a colas absurdas durante toda la noche extorsionándoles con un salvaje aumento que no se atreven a sancionar; marcha atrás con la eliminación de algunos subsidios. ¿Dónde está el piloto?

De la Rua se fue por hacer la plancha, Illia por dormir la siesta, Alfonsin por vivir en la cerros de Úbeda y dormir a la luna de Valencia, Irigoyen por leer solo el diario que editaban para el y vivir escondido en una cueva diciendo cosas incomprensibles para que nadie entendiera, Isabelita por estar siempre donde no debía, Perón entretenido en manoseos con estudiantes secundarias en Olivos no se dio cuenta que su régimen se desmoronaba y salvo los ladrones nadie lo quería.
Es florida e ilustrativa nuestra historia en casos de presidentes que se fugan de la realidad y su vergonzoso final.
Con la historia no puede hacerse como con los trenes o los negociados de Boudou, ignorarlos y hacer como que no pasó, quienes la ignoran están condenados a repetirla.
Bye, Bye Cristina por una ínfima parte de lo suyo otros son para las miradas más benignas un mal recuerdo para olvidar.
La historia es cosa del pasado pero es maestra y profeta del futuro.
El problema es que en este caso muerta la perra no se termina la rabia, llevan años desparramando el virus e infectando a otros.
La ceguera es el primer síntoma habrá que poner el país en cuarentena e inhabilitar de por vida a ministros, secretarios, legisladores, gobernadores, dirigentes gremiales, empresarios y políticos fueren civiles o militares que hayan desempeñado cargos en los últimos cuarenta años, no podrán volver, ni abrir la boca; que escriban sus memorias si tienen la cara tan dura para entretenerse, serán documentos secretos a desclasificar dentro de cincuenta años.
Así de un golpe una generación afuera. Sin perder el tiempo en juicios de valor, no es por mala ni por buena, solo por una razón profiláctica de salud pública.

Y amañarse los jóvenes, a rezar y pedir humildad luces y prudencia, si tiene que ser será.
Prueba error y volver a empezar, así hicieron en todas las civilizaciones los que nada sabían.

¿Apuro por qué? el tren ya lo perdimos, es posible como va el mundo que después de pasar catorce pueblos caminando encontremos a los del tren bala parados haciendo arreglos y los dejemos atrás.
Hoy por hoy el progreso marcha hacia atrás; vuelven los paganos, bárbaros, griegos demagogos y sofistas, Persas y Mogoles no es inteligente cansarse y apurarse en remar contra la corriente, en cuanto quiera descansar un momento vuelve al punto de partida.