Habrá que comerse al monstruo, al fin y al cabo es de carne.
Un día un dedo del pie, otro día el otro, será lento pero lo importante de las comidas es compartirlas, los apuros sobran.
Pareciera que al gobernador Scioli que ya está adobado lo están por poner al asador, hoy levanta bandera blanca que es de falsa tregua hasta fin de mes, no se conoce depredador en el mundo que abandone la presa sin tocarla.
No descuidarse, en cuanto sienta que tiene los dos pies en la tierra sin aviso vuelve a la carga.
En realidad si bien Scioli es un tipo casi entero solo representa un dedo del pie del poder autocrático. Mañana será otro.
Quizás sea el sino de la hora que nos tocó, no hacer todo junto ni ir directamente por la cabeza; tiempo al tiempo, un día no podrán apoyarse mutuamente y caerán todos como tejo.
Alfonsin la cúpula radical, el Pro, la corte, la justicia, legisladores, gobernadores y el frente amplio progresista están en la cola, afortunadamente ellos solos se acuestan en la parrilla nadie los matará, solito se ubican donde no deben y rodarán las cabezas: “Cosa ‘e mandinga” dirían las mujeres mayores de la familia.
Pues si señor sin apuro, será de a bocados y los huesitos para la perrada. Lo importante es que no quede nada. Si sobra grasa, las señoras agradecidas harán sebo para sobar botas, riendas y cueros a cambio de que no quedará nada sucio, bandejas, platos copas ni cubiertos; no habrá que barrer, los perros se encargan de todo lo que caiga.
Un trozo de galleta en la mano izquierda con el pulgar sosteniendo la carne contra ella, morder y cortar, sin desperdiciar nada.
Solo imagine una noche estrellada y el viento trayendo el olor de los corrales, algún balido o mugido de la hacienda encerrada, sentados en una cabeza o anca de vaca o parados alrededor del asador, una buena bota de vino circulando de mano en mano y a compartir sin apuro, disfrutar y pensar mirando las llamas entre cuentos fantásticos y recuerdos de ayer que ya parecen leyenda, la gurisada encantada acarreando leña y afilando cuchillos mientras participan y aprenden comportamientos y cosas de hombres.
¡¡¡Esto si que es vida, bien vale la pena la espera!!!
Se que esto destila demasiada paz y felices recuerdos de lugares horas y tiempos que no volverán, para esta demencial realidad que nos rodea, pero valga como una bocanada de aire puro para recordar quienes somos y como debiéramos estar, cosa de juntar si es posible un poco más de bronca que nos estimule a seguir adelante, sin permitir que la anestesia nos adormezca.
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