UN INCENDIO POR DIA depósitos de maderas, vacunas, baterías, inqulinatos, etc. sin contar derrumbes de edificios y otras catástrofes que exigen rescatar personas inocentes, con riego de vida porque nunca hay planos ni se sabe que ocurrió.
¿Quién paga es la pregunta obligada? Porque después de terminado el servicio el voluntario debe trabajar para comer y mantener su familia.
Si muere o resulta inutilizado solo amigos y parientes se ocupan de el, su mujer hijos y familia.
No creo que exista una compañía de seguros que asegure la vida de soldados, policías rescatistas y bomberos voluntarios, pero existen las que cubren todo riesgo de pilotos de fórmula uno incluso cuando esquían por diversión.
No me atrevo a ir más profundo de solo pensar que hacedores demagogos pueden legislar en la materia convirtiendo un servicio voluntario de gente pura en un nuevo foco de corrupción y coimas.
Parece que tampoco pueden las autoridades visitar heridos y familias; no son leprosos ni contagian su dedicación al servicio solo por amor al prójimo.
Solo me queda rendirles un sincero homenaje y que Dios los proteja y mantenga su vocación.
El escupitajo repugnante que la presidente le dio a los familiares que convoco a la rosada junto a la ausencia y silencio de Macri y Vidal en situación práctica casi de corresponsables del desastre es más que suficiente para saber que se puede esperar de estas basuras que solo saben gestionar sus propios negocios y la muerte.
Diez grandes con mayúsculas en un mundo de enanos
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