Era casi previsible, a cada tropiezo necesitan entre cuatro y cinco días para recuperar la vertical, pero esta vez se agrega otro factor; analistas, periodistas y dirigentes de uno y otro lado hablan de lo que no existe, un paso delante de negar la realidad.
Que si hay que retocar o profundizar un modelo que ni ellos conocen; que se esperan las decisiones de un equipo económico que no existe, que se espera que reasuma la presidencia, circunstancia que no depende de su voluntad, capricho o antojo.
En tanto miramos y escuchamos como todos se incineran solos tratando de calcular si el tiempo y las piedras de la avalancha permitirán esperar que se aclaren tan utópicas condiciones.
El siniestro día después sigue estando a la vuelta de la esquina y sin pensarlo nos llevara por delante en cualquier momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario