abril 12, 2012

NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA


Desapareció Eduardo Luis Duhalde el protector y abogado de asesinos terroristas y se llevó a la rastra a su compinche Esteban Righi, veteranos ambos que habrán perdido el pelo, pero no las mañas ni la capacidad de hacer maldades.
Responsables directos del baño de sangre y terror de los 70 y 80
En nuestro país hasta la riqueza del castellano se ha vuelto pobre de solemnidad en materia de términos para definir a ciertos individuos.
A veces el azote de Dios se les da por un tiempo a los malos solo para que eliminen a los peores; La historia de las civilizaciones es rica en ejemplos.
He aprendido que en ninguna época hubo gente que estuviese de más en la escalera del poder -es un sitio muy exclusivo- alguna función cumplen o esperan su momento.
Nadie tiene poder si no le ha sido dado desde arriba.
Creer o reventar, esto no tiene vuelta.
Hasta donde llega mi memoria los salvadores y hacedores han traído siempre peores problemas de los que pretendían resolver, creo que a estas alturas de la vida es prudente aprenderlo y no insistir en fracasos.
Causa sorpresa el despliegue que han hecho para proteger a la presidente de la desvergüenza y torpeza de su caprichito guitarrero, un don nadie por el que no se justificaría ni fusilar a un muerto o ¿hay cosas que faltan saber? (ver al pie Anexo) Y hay que abrir el paraguas.
Más aún el presunto reemplazante del Procurador general, un pequeño ladrón de gallinas, que le autorizó a Boudou la compra de una flota de autos importados sin licitación para el ministerio de economía y cuando recibió el que le asignaron tuvo que devolverlo por el escándalo.
No debe olvidarse cuan férreo es el control y que no hay limites que piensen respetar; el estudio del perro Righi, despedido sin contemplaciones como lo que es, fue el defensor del bizco por enriquecimiento ilícito y conoce todas las trampas del gran ladrón.
Ya han sumado un Shoklender, un Jaime, un Boudou y un Righi sin temor, saben que un plomo es más rápido que la mano que quiera prender el ventilador.
No se sorprenda, desde el verano comenzó la acción directa, cada día pierden una dosis de pudor y vergüenza.
Dicen los viajeros que en los mentideros de Madrid se habla sin tapujos sobre fotos y carpetas explosivas cuyos originales bien reservados esperan su momento para cambiarse a cotización de oro en polvo.
Se que no es para hacerse ilusiones, solo sería cambiar un ladrón por otro y todos sabemos que por muchas fintas que hagan, entre bueyes no hay cornadas.
Pero, al mejor cazador se le escapa la liebre, y una cosa trae la otra, entonces si ¡BUUMM! El payaso guitarrero, la que lo eligió y toda la banda, se “profugan” como dicen los cultos del periodismo local, jueces y abogados o los crucifican.
Oyarbide, Bonadío, Rafecas, Lijo, Servini y asociados parece que hay limpieza de raíz en el fuero federal, unos porque dejaron de ser confiables y otros porque saben demasiado, hay mucha pendejada queriendo hacer carrera militando en la justicia.
Cuando no hay armas ni balas, no se deben depreciar las piedras del camino, con práctica y una honda pueden causar estragos.
Ya no saben donde poner la pata, dónde pisan se entierran hasta el cuadril.
Ni para mentir son buenos.
¿Por qué usa abogados prestados y esconde al propio?




------X-----------------------------X---------------------------------X---
ANEXO: El abogado de Boudou
¿Quien es Jacobo Grossman?

Hay cosas extrañas y nada menos que el socio y amigo intimo de Juez de la Suprema Corte, es abogado de Amado Boudou en la causa de Ciccone. Extraño por cierto, pero hay abogados con mas capacidad o de renombre que no son ex-convictos y nada menos por secuestro de niños… Salvo que uno piense que detrás del defensor Grossman esta el propio Juez haciendo lobby…

El Dr. Jacobo Isaac Grossman asesor, socio y amigo del Juez de la CSJN Dr. Zaffaroni lideró en 1973 un grupo de delincuentes conformando una banda de secuestradores que se dedicaban a sustraer menores de familias adineradas, cobrando por su rescate cuantiosas cifras.

Las crónicas de la época establecen que Grossman había afianzado relaciones con grupos guerrilleros que le señalaban cuáles eran las familias con poder adquisitivo alto, para que efectuara sus raptos. Si bien la actividad de Grossman y sus cómplices no reportaba materialmente ni organizativamente a los grupos guerrilleros, su actividad puramente delictiva colaboraba con el fin de sembrar el terror, y por eso lo ayudaban.
¿Un juez proxeneta?
¿Qué podíamos espera de un juez que siempre descarga la responsabilidad de los errores o cosas mal hechas en terceros? La primera versión del Dr. Zaffaroni apuntaba a la responsabilidad de alquilar sus departamentos en la Inmobiliaria –que no otra cosa que una entidad intermediaria- y que no le habían avisado de nada.

Según publica el diario Libre, el encargado de tramitar los alquileres de las propiedades del magistrado se llama Ricardo Montivero, tiene 65 años y figura ante la AFIP en el rubro “asesoramiento, dirección y gestión empresarial”. De acuerdo a esa publicación, el domicilio de Montivero es el mismo que el de Zaffaroni, que vive en una casona del barrio de Caballito. “Es quien hace todas aquellas cosas que Zaffaroni no le gusta o no puede hacer, desde las compras en el supermercado, hasta firmar los contratos y administrar sus cosas”, indicó a la revista Noticias un amigo muy cercano al juez.

Como expresa un conocido abogado en el párrafo final de su carta elevada en la fecha a la Corte Suprema de Justicia de la Nación y referida al Dr. Zaffaroni:
“No es el principio de inocencia el que está en juego, es el prestigio de esa Excma. Corte ante la opinión pública el que está gravemente comprometido”. No nos interesan los escándalos en los que se mete solo el Dr. Zaffaroni, nos interesa la preservación de las instituciones y la justicia merece ser preservada como la mejor de las instituciones republicanas, ella debe garantizar la igualdad ante la ley y la objetividad al administrar ese bien sagrado.



“Estuve frente a frente con él, encañonado”
Una víctima lo identificó por LA NACION
Douglas Roberts fue secuestrado por Grossman en 1974
Su cuñado, que pagó el rescate, escribió una carta a LA NACION
Sorpresa, indignación y desazón
Jueves 09 de octubre de 2003 Publicado en edición impresa

Alejandro T. Watts Bollini vio el rostro de Jacobo Grossman en las fotos tomadas a Eugenio Zaffaroni durante su exposición del lunes último ante la Comisión de Acuerdos del Senado, que publicó LA NACION, y reaccionó con asombro. El fue quien entregó en 1974 el maletín con dinero que los secuestradores pidieron para liberar a su cuñado, Douglas Roberts, un ex directivo de la empresa Pepsi Cola en la Argentina.

Escribió el siguiente texto para la sección Carta de lectores de LA NACION, con su firma, su documento de identidad, número 93.183.301, su dirección y su teléfono.

“Me siento enormemente sorprendido al ver sentado junto al Dr. Zaffaroni junto al Dr. Jacobo Isaac Grossman (LA NACION, 7/10/03). A este último, que es ahora asesor de un futuro miembro de la Corte Suprema de Justicia, mi persona haciendo de mensajero tuvo que entregarle en mano, amenazado a punta de pistola, el dinero exigido a Pepsi Cola Argentina SA para rescatar a uno de sus directores, en enero de 1974. El Dr. Grossman, en ese momento Sr. Grossman, junto con otro de sus compañeros, fue tomado prisionero, pero al poco tiempo liberado de este delito”, recordó.

“Años más tarde leí en la revista Gente del 28/02/91 la trayectoria violenta que había seguido, así como su vinculación con el Dr. Zaffaroni. El secuestro al que yo me refiero sucedió hace casi 30 años; no guardo rencor, pero estos acontecimientos me recuerdan el calvario que vivieron, durante el mes que duró el cautiverio, mi cuñado, mi hermana y mis sobrinas, apenas adolescentes; y me produce un sabor amargo de desazón y de indignación el imaginar posiblemente sentado cerca de los estrados de la Justicia a este ciudadano”, concluyó.

A centímetros
En diálogo con LA NACION, Watts afirmó que reconoció al allegado de Zaffaroni: “Estuve frente a frente con Grossman. Lo vi porque tenía su rostro a 40 centímetros del mío, junto a otros dos que me tenían encañonado. Todo esto lo declaré ante la justicia de San Isidro, pero él tenía siete abogados trabajando, algunos muy vinculados al general Perón”, sostuvo.

Roberts evitó hacer comentarios “por pedido de la familia”, según sostuvo.

Pero se refirió a su secuestro: “Luego de aquello me tuve que ir del país. Ahora, cuando lo veo a Grossman, veo que por algo pasamos los últimos 30 años que pasamos”.

Los secuestradores pidieron 5 millones de dólares para liberar a Roberts. “Mi cuñado fue secuestrado el 3 de enero de 1974. Después de las negociaciones que llevó adelante la propia Pepsi Cola, cuando hubo que pagar el secuestro, los secuestradores me eligieron para que hiciera el pago”, comentó Watts. “Entregué el maletín y luego de la captura de la banda se rescató al menos una parte del dinero”, recordó.


EL ABOGADO DEL DIABLO Y LOBBYSTA:

Asi lo detalla el periodista Crhistian Sanz en tribuna de Periodistas: Jacobo Grossman nació en 1946. Es abogado graduado en la Universidad de Buenos Aires y, aunque cueste creerlo, fue director de Relaciones Institucionales del INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo) desde 1999 hasta 2001. También fue asesor de la entonces senadora Graciela Fernández Meijide en la comisión de libertad de expresión del HSN y de la diputada Mary Sánchez.

Por si esto no fuera lo suficientemente asombroso, tuvo su cuota de participación en la reforma de la Constitución Nacional del año 1994, asesorando a Zaffaroni en temas de la Comisión Nacional de Legislación Legal (Planta transitoria Cat-A4).

Quienes conocen al juez en profundidad, aseguran que Grossman tiene enorme influencia sobre su persona. “Algunos de los fallos más increíbles atribuidos a Zaffaroni tienen la pluma de Grossman”, aseguró a este periodista hace años una fuente que supo trabajar con el magistrado.

Lo cierto es que Jacobo ostenta un pasado que lo avergüenza: fue apresado junto a su entonces novia Mirta Graciela Fabris y estuvo detenido en la cárcel de Caseros luego del cobro del rescate por el secuestro del presidente de Pepsi Cola.

Fue capturado el 6 de julio de 1976 por el ejército acusado de tener “asiduos contactos con personas de la agrupación Montoneros” y de ser espía israelí. Si bien Grossman ha tratado de compararse con los detenidos-desaparecidos que fueron “chupados” ilegalmente en los 70, no deja de llamar la atención que nunca fuera torturado.

De hecho, Grossman fue condenado a 25 años de prisión y permaneció detenido aún después del regreso de la democracia argentina. Sólo fue liberado después de ser indultado, luego de haber sido señalado -junto a otro preso de nombre Miguel Angel Corgola- por la muerte de un recluso en el interior de un camión celular en junio de 1985.

Ahora , no parece extraño que Amado Boudou aparezca contratando a un abogado, que fue condenado por secuestrar niños, considerando que se trata en realidad de un lobbista de Zaffaroni. Nada es casualidad, y Boudou de tonto no tiene nada eso es seguro. Y la presidenta puede dar fe de ello en Puerto Madero. No se si se acuerda pero los arquitectos de una reforma constitucional para la Re Re de Cristina, fueron Amado Boudou y el Dr Eugenio Zaffaroni.

La actual amistad entre Zaffaroni y Boudou se dio gracias a los oficios del abogado penalista de ambos, Jacobo Grossman, un ex secuestrador extorsivo que pagó su delito con la sociedad y ahora tiene un prominente estudio jurídico que emplea a unos cuantos abogados. Se trata del mismo buffet que antes compar¬tía con Zaffaroni. Cuando éste asumió en la Corte Suprema, Grossman se quedó con el estudio y con el supremo como cliente personal. Asimismo Boudou, que tiene varias denuncias penales por su gestión como ministro de economía, recurrió a Grossman para que lo defienda, ya que éste, en los últimos años, ha ganado varias causas importantes.

Por Héctor Alderete

PD . Error: el Dr Grossman Fue condenado a 20 y cumpliò 14 años. Segun una fuente de tribunales.

_.
.

No hay comentarios: