MAÑANA, PASADO O EL AÑO QUE VIENE

Por alguna razón, la idea del día después me persigue.
Es una siniestra hipótesis en nuestra tierra y una realidad en España y Europa.
Ha sido línea de opinión sin pelos en la lengua la crítica a la política demagógica populista e igualitaria contra natura de Rodríguez Zapatero, su socialismo obrero progresista y su gabinete de “niñas bonitas” en rigor “feminazis”
Elecciones mediante les llegó el día después, el de las consecuencias que siguen a los modelos políticos experimentales de laboratorio como la sombra al cuerpo.
No voy a caer en la ingenuidad de defender por ello a Rajoy y sus populares o partido pagano como algunos les llaman porque son coautores con sus medias palabras y su consentimiento a todo lo que estimasen popular y generador de votos.
Se ha llegado al punto que las urgencias de hoy han borrado responsabilidades y el necesario ajuste que como en todas partes no toca a los responsables por razones exclusivamente electorales y se ceba en los perejiles que votaban la continuidad de la fiesta gratuita porque cobraban por no hacer nada en un cargo innecesario, tenían impensados derechos y garantías aparece como el único culpable de lo que ocurre; indefendibles por grave que sea lo que les ocurre, no se puede alegar la propia ignorancia y torpeza para justificarse.
Basta un mínimo de imaginación para ver que se está frente al espejo mágico que nos muestra lo que viene.
Lo escribo porque me quema sin mayores pretensiones; es un hecho comprobado que nadie aprende en cabeza ajena.