Según nuestras costumbres, termina Semana Santa y comienza el año en serio; desde enero solo son aprontes y poses, tostarse, exhibirse y hacer sociales.
Pese a que es un bisiesto y ya tuvo un día más, este año comienza muy gastado; con un record de feriados, puentes y largos fin de semana, veo a todos extenuados, arrastrando sus humanidades y la pesada mochila de las obligaciones implorando unas vacaciones.
No es para preocuparse, el tiempo no se detiene y a fin de año llegaremos; mi única duda o casi certeza es que no llegarán todos, más de uno quedará en el camino. Los tres meses recorridos son más que demostrativos, solo falta en la lista una fémina para respetar el cupo femenino.
No desesperar hay varias en las gateras. Fíjese que la principal desde Diciembre está de vacaciones continuas.
Baje un cambio ch’amigo, se lo que le digo.
Haga lo que haga, las novedades de mañana serán peores que las de hoy; no me diga negativo, hace años que todos lo sabemos y comprobamos, además es lógico, por el mismo camino siempre se llega al mismo lugar.
Queda otra: La salida de Ezeiza y… ¿a dónde?
Hágame caso, acá les conocemos las mañas y estamos cancheros en hacerle una elegante verónica al toro y ¡¡¡Ole!!!
El que está más alto cae de más arriba y el porrazo es peor. En los otros barrios de este mundo no se ven a los buenos ni parece que se cansen en vacaciones y descansen trabajando.
Si llegamos hasta acá no es cosa de achicarse justamente ahora cuando los invasores están empeñados en destruirse solos y ahorrarnos el trabajo.
No es mucho, pero con una manito del cielo nos quedamos con el rabo, las orejas y un cerrado aplauso de la plaza.
Un caso emblemático de autodestrucción mafiosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario