Como Francia parece despertarse después de mucho tiempo, habrá que hablar de ella y necesito una introducción.
Quiero comenzar por el principio, por mi principio. Explicando por una cuestión de sinceridad cuál fue mi relación histórica y sentimental. Con Francia y con España el pensamiento y la razón están siempre teñidos por los sentimientos, es más fuerte que yo y por eso lo aclaro.
Como buen Argentino nací viendo a Francia como el sol del mundo. En mi casa el 14 de Julio era casi una fecha patria, nuestro Padre embanderaba y adornaba todo con cintas tricolor, la Marsellesa, y la música francesa llenaban el día, en ese entonces: Maurice Chevalier y el “gorrión de Paris”. Seguí en el colegio aprendiendo junto al castellano el francés y entonando para dentro al ir y volver, “Mon ami Pierrot”. Mi primer contacto con la historia fueron muchos libros sobre la Revolución Francesa, que acrecentaron mi amor a Francia y sus Reyes y desencadenaron mis primeras broncas. La Revolución me llevo a Napoleón y éste a Roma, cuando leí todo lo que podía me asalto la duda, hay muchas cosas que no entiendo, muchas ¿por qué?. Y desde entonces Francia se comenzó a borrar. Por aquel entonces el Alzamiento Nacional no había tapado todavía la Leyenda Negra sobre España y la bronca de nuestra historia contra los godos, los años fueron poniendo las cosas en su sitio y me abrieron los ojos sobre las viejas “operaciones de prensa” y los que relatan e inventan historia para justificar sus posiciones ideológicas. Con el paso de los años y la efervescencia de la sangre, España y la tierra de mis mayores volvieron por sus fueros sin ningún mérito de su parte. Francia retornó a mis afectos con Indochina y Argelia, de la mano de un coronel de paracaidistas, miembro exiliado de la Organization de L’Armée Secrete (OAS). Como se ve España y Francia me cuestan; los sentimientos nublan a veces la razón y la objetividad. Con las cartas sobre la mesa y el juego a la vista, vuelvo al hoy.
Como resultante de esta ensalada de amor/odio/razón no son muchas las cosas que tengo bien claras, entre ellas un misterioso sino, que hace que lo que ocurre en Francia se extienda hasta la ultima cueva del mundo, es un hecho, no se el porque. Pasó con el Gran Rey de los Francos que abrazó el Cristianismo con toda su Nación, y desde entonces la cristiandad se extendió rápidamente a todo el orbe, paradójicamente de la mano de España. Pasó con la Revolución Francesa y con Napoleón que no dejó tablero por patear y agujero donde meterse. En lo reciente fue el motor de la Comunidad Europea y desde allí las comunidades regionales han brotado como hongos.
Francia no tuvo como España muchos críos, pero si uno grande y pesado, tricolor también, verdadero engendro de la Revolución Francesa y un Pirata Puritano. Hay que bancarse lo que se parió.
Francia arrastra una larga lista de resentimientos y desconfianzas que cada tanto salen nuevamente a la superficie. Con Inglaterra, la pica lleva siglos, siempre le tuvieron ganas y con razón, son bárbaros con un tenue barniz de cultura francesa y la “flema inglesa” un francés diría ¿que flema? es sangre que les falta.
Con sus primos de Germania, tienen la misma pica que todos los parientes y vecinos, ni se quieren ni se odian se molestan mutuamente. ¿cuál es su posición en Europa? ninguna, ellos son Europa, lo demás es el parque de la casa. Y tienen muy en claro que Europa va de los Urales a los Pirineos.
¿Qué tienen dentro? Ayer lo decía si los rasca un poco encuentra un Asterix, celta individualista y camorrero y en el corazón a Napoleón y su sueño de cabeza del mundo.
¿Que sería de nosotros sin el Brie, el Roquefort el Cambert, el Pate de Foie gras truffè, el Bordeaux, Burgogne, Champagne? La vida no sería igual. No vivo a vino francés, pero el esfuerzo de los franceses y su sentido de la calidad son los padres de nuestros modestos y fantásticos viñedos.
Con mis recuerdos más recientes aparece la voz angelical de una mucama jovencita que hacía el servicio de habitaciones en Beaune; el día de la resurrección quisiera que un ángel con su voz dulce y cantarina me despertase con un “bonjour mesieur” como ella. Y olvidarme del cascarrabia marsellés reventado que atendía el bar.
Hoy Francia se mueve y habla nuevamente, mi corazón se alegra pero mi razón dice: ¡cuidado!, esa zorra te engañó muchas veces con los malos. Tengo una corazonada viéndolo a Chirac con Putin y escuchando ese terminante “NO” de los Franceses. Recuerdo que desde aquel General Invierno se quedaron con las ganas del buen vodka con caviar y un Imperial Ruso. Hasta soy capaz de dejar la razón de lado y decir ¡¡¡Allez Allez la France maintenant si, Les jours de gloire sont arrivés!!!
Comprenda, hay pocas esperanzas y hasta una zorra parece buena. Fue bien parida, le sobran títulos y es capaz; siempre la cabra al monte tira. ¡Que San Luis la despierte!
Quiero comenzar por el principio, por mi principio. Explicando por una cuestión de sinceridad cuál fue mi relación histórica y sentimental. Con Francia y con España el pensamiento y la razón están siempre teñidos por los sentimientos, es más fuerte que yo y por eso lo aclaro.
Como buen Argentino nací viendo a Francia como el sol del mundo. En mi casa el 14 de Julio era casi una fecha patria, nuestro Padre embanderaba y adornaba todo con cintas tricolor, la Marsellesa, y la música francesa llenaban el día, en ese entonces: Maurice Chevalier y el “gorrión de Paris”. Seguí en el colegio aprendiendo junto al castellano el francés y entonando para dentro al ir y volver, “Mon ami Pierrot”. Mi primer contacto con la historia fueron muchos libros sobre la Revolución Francesa, que acrecentaron mi amor a Francia y sus Reyes y desencadenaron mis primeras broncas. La Revolución me llevo a Napoleón y éste a Roma, cuando leí todo lo que podía me asalto la duda, hay muchas cosas que no entiendo, muchas ¿por qué?. Y desde entonces Francia se comenzó a borrar. Por aquel entonces el Alzamiento Nacional no había tapado todavía la Leyenda Negra sobre España y la bronca de nuestra historia contra los godos, los años fueron poniendo las cosas en su sitio y me abrieron los ojos sobre las viejas “operaciones de prensa” y los que relatan e inventan historia para justificar sus posiciones ideológicas. Con el paso de los años y la efervescencia de la sangre, España y la tierra de mis mayores volvieron por sus fueros sin ningún mérito de su parte. Francia retornó a mis afectos con Indochina y Argelia, de la mano de un coronel de paracaidistas, miembro exiliado de la Organization de L’Armée Secrete (OAS). Como se ve España y Francia me cuestan; los sentimientos nublan a veces la razón y la objetividad. Con las cartas sobre la mesa y el juego a la vista, vuelvo al hoy.
Como resultante de esta ensalada de amor/odio/razón no son muchas las cosas que tengo bien claras, entre ellas un misterioso sino, que hace que lo que ocurre en Francia se extienda hasta la ultima cueva del mundo, es un hecho, no se el porque. Pasó con el Gran Rey de los Francos que abrazó el Cristianismo con toda su Nación, y desde entonces la cristiandad se extendió rápidamente a todo el orbe, paradójicamente de la mano de España. Pasó con la Revolución Francesa y con Napoleón que no dejó tablero por patear y agujero donde meterse. En lo reciente fue el motor de la Comunidad Europea y desde allí las comunidades regionales han brotado como hongos.
Francia no tuvo como España muchos críos, pero si uno grande y pesado, tricolor también, verdadero engendro de la Revolución Francesa y un Pirata Puritano. Hay que bancarse lo que se parió.
Francia arrastra una larga lista de resentimientos y desconfianzas que cada tanto salen nuevamente a la superficie. Con Inglaterra, la pica lleva siglos, siempre le tuvieron ganas y con razón, son bárbaros con un tenue barniz de cultura francesa y la “flema inglesa” un francés diría ¿que flema? es sangre que les falta.
Con sus primos de Germania, tienen la misma pica que todos los parientes y vecinos, ni se quieren ni se odian se molestan mutuamente. ¿cuál es su posición en Europa? ninguna, ellos son Europa, lo demás es el parque de la casa. Y tienen muy en claro que Europa va de los Urales a los Pirineos.
¿Qué tienen dentro? Ayer lo decía si los rasca un poco encuentra un Asterix, celta individualista y camorrero y en el corazón a Napoleón y su sueño de cabeza del mundo.
¿Que sería de nosotros sin el Brie, el Roquefort el Cambert, el Pate de Foie gras truffè, el Bordeaux, Burgogne, Champagne? La vida no sería igual. No vivo a vino francés, pero el esfuerzo de los franceses y su sentido de la calidad son los padres de nuestros modestos y fantásticos viñedos.
Con mis recuerdos más recientes aparece la voz angelical de una mucama jovencita que hacía el servicio de habitaciones en Beaune; el día de la resurrección quisiera que un ángel con su voz dulce y cantarina me despertase con un “bonjour mesieur” como ella. Y olvidarme del cascarrabia marsellés reventado que atendía el bar.
Hoy Francia se mueve y habla nuevamente, mi corazón se alegra pero mi razón dice: ¡cuidado!, esa zorra te engañó muchas veces con los malos. Tengo una corazonada viéndolo a Chirac con Putin y escuchando ese terminante “NO” de los Franceses. Recuerdo que desde aquel General Invierno se quedaron con las ganas del buen vodka con caviar y un Imperial Ruso. Hasta soy capaz de dejar la razón de lado y decir ¡¡¡Allez Allez la France maintenant si, Les jours de gloire sont arrivés!!!
Comprenda, hay pocas esperanzas y hasta una zorra parece buena. Fue bien parida, le sobran títulos y es capaz; siempre la cabra al monte tira. ¡Que San Luis la despierte!
2 comentarios:
We got the Olympics, you didn't.
Como decía Asterix de los romanos, estos ingleses están todos majaretas!
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