El ministerio de energía es técnico, resuelve los problemas de su jurisdicción sin consideraciones médicas, legales o sociales; para eso hay otros que cobran un sueldo. Para ello hay un ministro político, un gabinete con un jefe que los coordina y por encima un presidente que da luz verde a las decisiones. Es una forma de ver puede haber otras a condición que no se olvide que el ejecutivo es UNIPERSONAL por lo que no es posible cargarle el fardo de los errores a un secretario de área (ministro) para encubrir y darle impunidad a los que están por arriba. Porque reuniones de gabinete hay mientras cantan los pajaritos en parques y plazas. No hay prueba/error señores, si no aprendieron antes como se hace se van uno a uno a sus casas. No es cuestión de defenderlo diciendo que si hubiese estado antes no pasaría lo que pasa, es cuestión de imputar los errores a los verdaderos responsables, que den la cara y pongan la cabeza en el tajo. Es un profesional y un hombre bien formado doy por sentado que una micro dosis de sentido común debe tener como para advertir a sus colegas de gabinete los graves efectos colaterales económicos sociales que las medidas propuestas para solucionar la crisis energética tendrán; hay dudas, pues entonces “in dubio pro reo"
Hoy esta el de energía en la picota, pero vale para el de justicia, el de medio ambiente, el de cultura, la de seguridad y el de comercio. Gobernar no es fácil y gobernar crisis y emergencias menos, los voluntarismos sobran, la fe y confianza pública tienen limites, se agotan si no ven resultados o si ven que los gobernantes viven en una nube de pedo de altisonante felicidad e ilusiones irreales. Desde siempre cuando estalla la Santa Ira, se terminan los diálogos, consensos y consideraciones. Por Dios el tiempo se termina a poner los cojones sobre la mesa.
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