Más repúblicas que dinastías ¿que falla?

Como anillo al dedo me vino un artículo sobre Francia que disparó el título (ver: "Una nueva república francesa") Las dinastías se agotan por falta de sucesores, sea por causa natural o “asistida”; las repúblicas por vaciamiento de los valores que las fundaron, descomposición o fracaso. En un caso y en otro no es el fin, siempre hay en espera un reemplazo que si se lo busca con atención venía medrando a la sombra de lo que se va, para bien o para mal, el vacío repugna a la naturaleza.
Francia y sus ilustrados ideólogos inventaron este “hombre moderno” que según la época y el color de quien lo mira se ha llamado racional, agnóstico, nihilista etc. Tan progresista que sacó los pies de la tierra para transformarse en el todopoderoso ser supremo, tan utópico e irreal que no ha podido construir nada medianamente estable. Como las anteriores se agota la V República, fundada como las otras en acuerdos circunstanciales de una dirigencia atornillada al poder, tan débiles fundamentos no pueden perdurar. No se trata de izquierdas o derechas, en otra ocasión me referí a ello, son caras de la misma moneda, unos de un lado y otros del otro giran la rueda de la Revolución que los aplastará a todos. Cinco Repúblicas apoyadas en el mismo falso fundamento, han cambiado los personajes y los nombres de sus facciones conservando la inconsistencia de sus raíces. Se han apartado y negado cuanto han podido el sentido común y el orden natural. Los incendios del 2005 y aquel Mayo del 68 están mostrando a las claras que no se trata de inmigrantes o de pobres en distintas circunstancias y aparentemente con distintos argumentos, los jóvenes hijos de franceses y los hijos de inmigrantes fueron protagonistas de los mismos hechos, ergo hay una misma causa que genera iguales reacciones, si los interpretes y analistas le quieren llamar exclusión social o fallas en la integración, allá ellos. Lo de integración quizás sea para profundizar, pero no en el sentido étnico o económico que se le quiere dar, lo veo más como la imposibilidad de integrar naturalmente a la juventud, rebelde e idealista por naturaleza a una sociedad hipócrita y materialista, que no tiene otros referentes que músicos y artistas que son pan y circo. Días atrás se publicó una información que refería que en distintas regiones de Francia grupos de jóvenes organizaban comidas populares con un lema “la sopa primero para los nuestros”, dice el periodista que únicamente se utilizaba carne de cerdo para evitar que fuese consumida por islámicos y judíos. O es una canallesca operación de prensa, lo que resulta gravísimo o es real que es mucho peor. En un caso u otro muestra el nivel de descomposición moral, que no se diferencia de las agresiones perpetradas en Barcelona o las que son cotidianas en Argentina, que por coincidencia le vienen copiando a Francia sus modelos, ideas y escalas de valores.

Han pasado los años y las veleidades de grandeza, las nuevas grandes tribus del desierto y las estepas ya están en marcha y en pequeños grupos van penetrando las fronteras. Los mueve la natural búsqueda de bienestar y tienen un absoluto desprecio por tanta falsedad e injusticia entre lo que dicen legislan y hacen, lo que ha estado muy claramente a la vista, no debe llamar la atención, si hasta su bien escasa juventud, se tolera y los desprecia.